Parecía que no iba a tener nada que contar, pero la historia aún continúa. Para empezar, el Baby Led Weaning se ha convertido para mí en algo totalmente normal. Eso significa que me impresiona, me sorprende, ver a bebés de un año o más comiendo purés todavía. Me tengo que recordar a mí misma que sí es normal para ellos, porque seguramente los lleven tomando desde que empezaron con la alimentación complementaria.
En el resto de los aspectos, Monstruita come de todo. Aunque sigue con sus preferencias: mata por el gazpacho, la fruta, las legumbres, la pasta y el arroz. Y a veces le dan temporadas largas en que no quiere probar la carne (pero el embutido sí, ojo, que es bebé pero no tonta). El pescado tampoco le hace tilín ni en salsa ni a la plancha. Así que hemos pasado a los nuggets (caseros) de pescado y parece que de momento funcionan.
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¿De qué decías que querías los nuggets? Foto: bourgeosisbee |
Monstruita normalmente quiere beber y comer de lo que tenemos nosotros, siempre y cuando le sea grato o le llame la atención. Es decir, si me como un bollo, va a querer y si Monstruo se bebe una cerveza, también. Eso no funciona con el pescado o la verdura. Así que tenemos que tener cuidado y, en ocasiones, negarle lo que pide.
A parte, hemos notado otros cambios bastante más notables:
- A veces pide el agua ella misma con un "aba, aba". Aunque ha generalizado el concepto y "aba" es todo aquello bebible: el agua, el gazpacho y la leche del desayuno (me pide cuando me ve, así que le doy un vasito de leche entera normal y corriente).
- También pide el pan con un "pa". El resto de los sólidos comestibles los identifica con un "tota" o "teta", que puede ser galleta, arroz, tortilla, garbanzos o lo que toque en ese momento. No confundir con "teto", que es la teta de mamá (o de papá, cuando la busca, ¡pero no tiene como la de mamá!).
- Comienza, por iniciativa propia, a manejar la cuchara y el tenedor. Durante cada comida, hay un momento a partir del cual, rechaza el alimento y me pide la cuchara con la que se la estoy dando. Entonces la coge, e intenta cazar comida y llevársela a la boca. El mango tiene claro para qué sirve. Otra cosa distinta es poner la cuchara boca arriba, o boca abajo, algo que ha tenido que aprender. También ha comprendido que si aplasta la comida con la cuchara, no la puede coger, sino que para ello tiene que hacer un movimiento de arrastre, aunque no siempre es preciso. Al principio, curiosamente, al llevarse ella la cuchara a la boca, arrastraba la comida con los dientes en lugar de con los labios. Y con el tenedor estamos empezando. Normalmente, coge un trozo con la mano e intenta clavarlo en el tenedor directamente. El que no se apaña, es porque no quiere. Y, por supuesto, cuando todo lo anterior falla, se coge el manjar deseado con las manos y punto. A veces termina con rastas en el pelo gracias al yogur o al tomate frito, marcando tendencia.
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¿Qué pasa? ¿Nunca te manchas o qué? Foto: Daniel Kulinsky |
- Ya no tira tanta comida al suelo. Le estoy enseñando a ponerlo en otro lado de la bandeja o en el plato, y la verdad es que lo capta bastante bien.
- Bebe en vaso perfectamente. Aprendió rápido, supongo que estaba preparada y aprovechó la ocasión. Al principio ponía la lengua en el borde inferior, al igual que hace cuando mama.
- Si le doy una toallita, se limpia las manos, a veces la boca y también la trona. También se quita el babero cuando le desabrocho el velcro.
Poco a poco, va siendo cada vez menos un bebé pequeño e indefenso y va adquiriendo mayor autonomía. Y eso se nota a la hora de comer también. ¡Da gusto ver cómo va evolucionando!