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Canciones infantiles políticamente incorrectas

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A raíz de este hilo en Twitter pensé que estaría bien escribir un post al respecto. Resulta que en la memoria colectiva descansan un montón de canciones infantiles de dudosa pedagogía que, a continuación, paso a recopilar.

El señor Don Gato

La canción comienza como una historia divertida de un gato que recibe una carta que...


Así que mucho critiqueo por aquí a costumbres que se siguen dando en ciertas regiones de países como India sobre los matrimonios concertados por las familias, y vamos nosotros y se lo plantamos como algo normal a nuestros tiernos infantes. Solo le faltaba especificar a la canción que el gato era un viejuno y la gatita blanca una tierna infante recién llegada a la edad de merecer para redondear la cuestión. Claro que lo gordo viene después:



¡Ostrás Pedrín! Al gato lo llevan en solemne cortejo fúnebre (total, por qué no, si saben escribir cartas y leerlas) por una calle maloliente (o me diréis que el pescado huele bien, por muy fresco que sea) cuando va y resucita. ¡El gato zombie! ¡Acabáramos! Lo que no cuenta la canción es si después de resucitar se tiró a por las sardinas o prefirió los cerebros.


En la calle 24

Esta la recordó Padres en pañales y luego Carol Martínez. Tampoco tiene desperdicio. Es una canción corta con la que jugábamos a las palmas. La letra completa dice así:


Y dale con los pobres bichos, ¿qué le han hecho los gatos al imaginario popular? ¿Pues no va una vieja y se carga a un gato a patadón limpio? Eso sí, como para compensar, le dan la categoría de asesinato (los vegetarianos os libráis, pero los que gustamos del jamón serrano o de las chuletillas de cordero, ¿llamaríamos asesinato a la matanza de estos animales?).

Aunque después de "compensar" en la letra se muestra lástima por la vieja y hasta por la punta del zapato. Vamos a ver, señores y señoras, que el que ha llevado todas las de perder ha sido el pobre gato, a ver si va quedando claro.

Para rematar, que sepáis que según sanguguel en Barcelona existe la tal calle 24 (o carrer, como las llamáis por allí).



Don Federico

Confieso que no recordaba para nada esta canción. La mencionó en la citada discusión de Twitter Una mamá en la cocina.

Texto tomado de La blognevera

Ups, me acabo de dar cuenta de lo irónico que es que Una mamá en la cocina me haya pasado esta canción. Bien, a lo que íbamos.

Versiones de esta canción he encontrado unas cuantas por internet y esta no es la más gore. Todas coinciden en que el tal Don Federico se cargó a su esposa para cocinarla después, lo que supera a lo del gato con creces. Después vemos que aparecen distintos personajes que pierden objetos personales con el fin de contraer matrimonio, a mí que me lo expliquen, pero esto suena a mercadeo matrimonial también.

La reina Batata

De esta no tenía ni idea, la trajo a colación miti. Ahí va:




Si la anterior era sádica por matar a una persona para aliñarla después, esta no tiene desperdicio por cómo se regodea en los detalles. Que sí, que hablamos de una simple batata, pero resulta que el/la letrista le ha dado vida propia y sentimientos así que queda una canción de lo más siniestro que podamos encontrar.


Soy capitán

Esta es de esas en las que hacíamos pasillo y una niña iba saltando de un lado a otro hasta que elegía a otra de las que estábamos en el pasillo, y hacía lo propio. La letra:


Lo gordo no es que fuera machista, sino que la cantábamos las niñas tan contentas y sin pensar. Así terminabas viendo muy normal que un hombre, sobre todo si era capitán de barco, tuviera más de una mujer (¡que viva la bigamia!) y, por supuesto, se casara con la que le gustara más. Eso sí, al menos tenía que elegir y no valía eso de casarse con las dos, que hubiera sido demasiado incluso para esta época (bueno, si eres musulmán quizá no).


Date en la cabecita

Mamaruja24horas recordó esta. Que yo ni idea, oye, pero tras buscar la letra sale esto:


Si ya hemos visto el asesinato en sus diferentes versiones, aquí vemos el suicidio directamente. Un suicidio que consiste en darse en la cabeza repetidamente hasta matarse, lo que me recuerda al asesino de la cuchara (un corto muy recomendable para frikis de pro).


Bonus: Dulce gatito

Y ya por último os dejo una canción traída al hilo por Mamá en Bulgaria (mil gracias) que yo no conocía y que canta Sheldon, uno de los protagonistas de la serie The Big Bang Theory. Esta no solo es políticamente correcta y apta para cantar a nuestros retoños, sino que es tremendamente entrañable. Buen provecho:



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Mi agradecimiento a todas las tuiteras que participaron en el hilo, muchas de las cuales no aparecen en este post, por las risas que me eché y por las ideas aportadas.


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