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La lactancia materna, el nuevo bálsamo de Fierabrás

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Por si alguien no sabe a qué me refiero con el Bálsamo de Fierabrás, dejo aquí una reseña, copiada textualmente del blog El ingenioso hidalgo don Quixote:

El tal Fierabrás, que la lió parda.
Fuente
El bálsamo de Fierabrás es una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del cuerpo humano que forma parte de las leyendas del ciclo carolingio. Según la leyenda épica, cuando el rey Balán y su hijo Fierabrás conquistaron Roma, robaron en dos barriles los restos del bálsamo con que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, que tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía.
En el capítulo X del primer volumen de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, después de una de sus numerosas palizas, Don Quijote menciona a Sancho Panza que él conoce la receta del bálsamo. En el capítulo XVII, Don Quijote muestra a Sancho que los ingredientes son aceite, vino, sal y romero. El caballero los hierve y bendice con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos. Al beberlo, Don Quijote padece vómitos y sudores, y se siente curado después de dormir. Sin embargo, para Sancho tiene un efecto laxante, justificado por El Quijote por no ser caballero andante.


¿Qué tiene que ver la lactancia materna (LM) con el Bálsamo de Fierabrás? Vamos a ello. La lactancia materna es el alimento más perfecto, adecuado y mejor pensado para el cuerpo humano durante sus primeros años. Que las marcas que fabrican leche de fórmula intenten imitarla, da buena muestra de ello.

La leche de fórmula consigue su propósito en cuanto a que los bebés están nutridos, salen adelante y no se mueren. Eso, hace no tantos años, era imposible con leche que no fuera humana. Para llegar hasta aquí, ha habido mucho ensayo y error con muertes de lactantes por el camino. Aún les queda muchísimo para lograr la perfección de la leche humana, pero están (ilusamente) en ello, gracias a los millones de consumidores que siguen comprándola y fracasan en su lactancia por falta de apoyo y/o de información (y, en alguna ocasión, por iniciativa de la propia madre, pero creo que son la minoría).

De aquí viene la leche de fórmula. Lo siento, pero ¡viva la teta (de mujer)!
Fuente
Bien, dejando más que claro que la leche materna es infinitamente mejor que la de fórmula (sería como comparar las angulas con las gulas), vamos a por la segunda parte.

Llevo un tiempo leyendo noticias que me dejan la impresión de que la lactancia materna no solo es maravillosa, sino que es ¡máaaagica! Lo cura todo, todo y todo.

La lactancia materna cura el SIDA: 
Autor: Anawanea
Vale, no me he metido a investigar artículos académicos al respecto, solo he mirado los de divulgación, soy así de vaga. Resumiendo, el estudio se hizo en ratones humanizados y los resultados son un tanto radicales: algo de la leche humana destruye el virus que causa el SIDA. En realidad viene a decir que existe algo en la leche materna, que bien estudiado y modificado, puede que acabe con el VIH. Pero de ahí a decir que la leche materna cura el SIDA, hay un abismo, como bien saben los bebés con SIDA amamantados por sus madres seropositivas.

La lactancia materna previene el cáncer infantil: 

Autor: Aurimas Mikalauskas
En este artículo, destacar que le echan la culpa a las madres trabajadoras de que no mantengan la lactancia del bebé durante los primeros 12 meses, "porque no se organizan". Así, con un par y sin despeinarse.

Según ellos, previene la leucemia gracias a una tal proteína alfa-lac. Pues que se la den a todos los bebés de fórmula, en lugar de chutarles tanta vitamina D, ¿no?
Aquí el cáncer a evitar es el gástrico. Qué guay, ampliamos el abanico.
Adiós linfoma. Con una muestra de 200 bebés, ya generalizamos tan alegremente. Olé.
Venga, empezaré a dar leucemia como cáncer evitable con la lactancia materna. Pero al menos, aquí está mejor argumentado y estudiado.

La lactancia materna previene el autismo: 

Autor: Andwhatsnext
Este es el artículo auténtico causante de este post. Lamentablemente, no he podido leer ni siquiera el Abstract, porque ni ello está disponible gratuitamente. Y pagar 51$ por leer el dichoso artículo no está en mis prioridades de gastos ahora mismo.

Así que la crítica en este caso, va a ser un poco a ciegas, pero basándome en otras evidencias. Si esto lo lee algún experto del tema y ve algún fallo garrafal, me corrija, por favor (lo agradeceré infinitamente).

No soy especialista en autismo y mi experiencia con personas con autismo es muy escasa. Pero hasta donde yo sé, la Ciencia lleva dándole vueltas al asunto del origen del autismo desde hace mucho. Y me parece, por lo que veo últimamente, que aprovechan cualquier excusa para decir que "algo" provoca autismo. Total, ya que no sabemos la causa, todo vale, ¿quién lo va a demostrar?

Obviamente, no es una postura muy ética por parte de ciertos investigadores, y no sabemos qué intereses habrá detrás. Pero está pasando, señores y señoras.

Sin embargo, no toda la Ciencia, no todas las investigaciones al respecto son así de horrorosas. Hay un camino a donde parecen apuntar cada vez con más fuerza todas las evidencias: el autismo tiene un fuerte componente genético (aquí, aquí , aquí, y aquí). A veces, esas alteraciones genéticas parecen estar causadas por factores ambientales, y otras por factores hereditarios.

Del otro porcentaje importante de personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro de Austismo, no se puede decir claramente la etiología. Entonces, qué, ¿seguimos jugando a la ruleta rusa? ¿Nos creemos que la falta de lactancia materna provoca autismo? Madres que habéis destetado a vuestro tierno infante antes de los 6 meses y le habéis metido leche de fórmula, ¡arrepentíos! ¡Culpabilizaos! ¡Sois las causantes directas de que vuestro hijo o hija tenga T.E.A.!

Muy fuerte, ¿no? Eso me recuerda a cuando en los años 50 y 60 del siglo pasado, se culpabilizaba al tipo de  crianza llevada a cabo por los padres, como causante del autismo.

Creo que hay que ser bastante crítico y cuidadoso con la información que nos llega. Es fácil creerse lo que uno quiere creerse porque nos viene bien (en mi caso, como sigo con lactancia materna, me viene genial). Pero también es tremendamente sencillo darle la vuelta a la tortilla y culpabilizarse sobre todo cuando, en muchos casos, una lactancia materna ha sido deseada pero no ha sido posible por múltiples factores (falta de información, falta de apoyo, cansancio, poca normalidad de la lactancia materna en esa cultura, presión del entorno, mal asesoramiento...)

En fin, no sé si este post levantará ampollas o se tomará como lo que pretendo que sea, una visión más objetiva de la información que nos llega acerca de la lactancia materna. Es mucha la presión a favor pero poco el apoyo y, con información que no es veraz, no se consiguen este tipo de cosas.

Buena semana.


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