Quantcast
Channel: Centímetro News
Viewing all 177 articles
Browse latest View live

Monstruita no se ahoga

$
0
0
Monstruita tiene diez meses y medio ya. En la piscina, esto se empieza a notar.

Uno de los ejercicios que tiene que hacer es trasladarse por el bordillo moviendo las manos. Hasta ahora, era yo la que le dirigía las manos. Pero esta semana, la monitora me llamó la atención: "deja que lo haga ella, que con diez meses y el tiempo que lleva, ya debería". Y, oye, dicho y hecho. Iba a su ritmo, a su aire, pero lo hacía y se divertía, que es lo importante.

Otro ejercicio, nuevo para las dos, es lo que la monitora bautizó (nunca mejor dicho) como "la medusa", y que consistía en dos churros unidos por un uno de los extremos. En medio, metías a Monstruita y hale, que se sostenga por las axilas y además, que mantenga el equilibrio y no se vuelque. Yo no las tenía todas conmigo, hasta que la monitora me dijo "suéltala". Cuando me lo dijo, pensé que la monitora era una psicópata adoradora de Herodes en sus ratos libres. No obstante, el raciocinio de madre (existe, lo juro), se sobrepuso y la solté. Y qué maravilla, Monstruita sola chapoteando, feliz. Si bien, obviamente yo estaba a menos de medio metro de ella, lista para lo que pudiera pasar.
Monstruita chapoteando con "la medusa".
La calidad de la cámara no me daba para más.
Y pasó, claro. Porque Monstruita se volcaba y hale, ¡inmersión involuntaria! De esas se llevó unas cuantas, y es alucinante comprobar cómo ya no se asusta, ni tose, y se lo toma de manera natural.

También solemos ponerles boca arriba (posición dorsal) en el agua, bien en una colchoneta, bien sostenidos por la cabeza o los hombros. En teoría, es una posición que los bebés suelen odiar porque se sienten vulnerables y desprotegidos. Monstruita, por suerte, no parece que le tenga miedo a esas cosas (de momento). Una amiga, que tiene el título de monitora de bebés, me contó que es la postura más segura para ellos, porque aprenden a flotar solos de una manera fácil y, en caso de necesidad, ya la tendrían interiorizada y la utilizarían.

La explicación es bastante coherente pero en la práctica con Monstruita, de momento no está tan claro. Monstruita se mantiene tiesa como una tabla o con las piernas dobladas y claro, ¡así no hay manera! Pero vamos, lo importante es que ella está disfrutando y no tiene miedo.

De momento, no le da por interactuar con otros bebés, aunque sí que se fija en ellos.

Y... también en mis gafas de natación. Surten un extraño hechizo sobre ella, y Monstruita se pasa la sesión mordisqueándolas sin parar. Vamos, que el cabreo que se pilla la señorita cuando se las quito, es fino. Así que creo que procuraré no dárselas en las siguientes sesiones (Nota: mis gafas de natación son graduadas, por eso las llevo. Si no, realmente no hacen falta).

Así que, digamos que lo seguimos pasando bien. Eso sí, yo le sigo echando un chorro de agua (o varios) por la cabeza cada vez que la baño, no vaya a ser que perdamos las buenas costumbres...


¿Y es buena?

$
0
0

Esta es una de los top ten de las preguntas que una se encuentra por ahí yendo con Monstruita. Y la verdad es que me dan ganas de contestarla de múltiples maneras, a saber:
  • No, no lo es. Antes de ayer quemó el bloque de pisos de al lado y el mes pasado hackeó la web de la NASA.
  • Pues hombre, todavía no le ha salido el halo ese de santidad, pero creo que no le falta mucho, en breve lo veremos, ¡y espero tener el móvil con batería para inmortalizarlo!

  • A ver, cosecha del 2013, color vainilla clara con tonos rosáceos, de nariz chatilla y compleja, criada en barrica de ladrillo de cara vista y mucho amor... Sí, seguramente lo sea.

  • Sí, es buenísima riendo, llorando, jugando, comiendo, durmiendo... en lo suyo, es buenísima, ¿y usted?

Y es que no sé cómo leches esperan que un bebé de diez meses, casi once, sea "malísimo".

¿Y come bien?

Esta es otra, sí, seguro que os suena. También se me ocurren distintas respuestas:
  • Depende, cuando tiene hambre, sí. Cuando no lo tiene, oiga, es que "no me come nada". Y ojalá que siga así, porque ya me ha comido el brazo izquierdo, y el siguiente sería el derecho. ¿Y usted?

  • Sí, claro, mastica y traga, mastica y traga.
  • Pues depende de lo grande que sea el bicho que tenga que comerse. El perro del vecino del 2º, se le atraganta un poquillo. Creo que debimos escoger el chihuahua del vecino del 1º.
  • Come fatal, oiga, figúrese que come aún con las manos porque si le dejo el cuchillo y el tenedor, la monta. Mire, ¿ve mi ojo derecho? Yo tampoco.
¿Y duerme bien?

Ay, esta no podía faltar, no, no, no. Las respuestas posibles a continuación:
  • Sí, cierra los ojos y no ronca.

  • Depende, si ha comido fabada, se tira unos pedos que no vea.

  • Pues no sé, aún no le he llevado al pediatra para que le pase el test de idoneidad sueñil, ¿usted cree que lo pasará? Me toca en breve, ains, qué nervios.

  • Duerme estupendo. Figúrate que mientras, me recoge la casa y todo. Una maestra en esto del arte del dormir.

¿No lleva pendientes?
Más que llevar pendientes,
son ellos los que la llevan a ella.
Esta pregunta intuyo que no es unisex, y se la hacen a Monstruita por ser niña. ¡Serán machistas! Ahí va lo que diría, si no fuera porque intento vivir en sociedad en lugar de agarrar el petate e irme a meditar a un monte perdido el resto de mi vida:
  • Creo que no, ¡no me diga que antes se los ha visto! ¡Milagroooo, milagroooo!

  • Sí, en el bolsillo derecho, ¿quiere verlos?

  • No, no le ha quedado ninguna para septiembre, es que aún no ha empezado la universidad...

  • No, no le cuelga nada, es niña, ya se lo he dicho.

Y aunque he hablado de un top ten, estas cuatro son las que se llevan la palma. Pero si se os ocurre alguna más, es bienvenida.

Consultorio de Monstrua 5

$
0
0
Otra vez más volvemos a dar la brasa con el Consultorio de Monstrua, famoso en el mundo entero por no responder absolutamente a nada con un mínimo de sensatez.


Y cómo no, las preguntas siguen siendo súper interesantes a más no poder. Para no enrollarnos más, comencemos:


Jota a una suegra
Suegra inspiradora de jotas.

Querido amigo, querida amiga, tienes dos opciones al hacer esa pregunta y caer en mi blog. La primera es regalarle a tu suegra la letra jota hecha con macarrones, ñordo vacuno o vaya usté a saber que DIY demoníaco aparecerá por Pinterest. La segunda es confiar en mi capacidad como letrista. Como no quiero defraudarle o defraudarla (si es un laísmo, lo siento, los de Madriz es lo que tenemos), ahí va una propia, con perdón de los aragoneses, joteros por excelencia:

Que por los cerroooooos cooorrríiiiiiaaaaaaaaaa

Es la suegra esa especie
Que por los cerros corría
Con el puchero garbanzos
A endosarlo a la jauría.

A endosarlo a la jauría
Es la suegra esa especieeeeeee.

Con un montóoooooooon de receeeeetaaaaaaaaaaaa

A la nuera tiene frita
con un montón de recetas
de cómo limpiar el polvo
con la nueva vaporeta.

Con la nueva vaporeta
A la nueraaaaaaaa tiene friiiiitaaaaaaaaaaaaaaa.

Que mañanaaaaaaaaa Dioooos diráaaaaaaaaaaa

Hoy al nieto lo malcría,
Que mañana Dios dirá,
Así estalle a chucherías
¡Ay mi Virgen del Pilar!

Así estalle a chucherías
¡Ay, mi Viiiiirgen deeeeel Piiiilaaaaaaaaar!

Que sooooooon las suegras muy maaaajaaaaaaas

Dicen los viejos de antaño
Que son las suegras muy majas
Porque aunque salgas rodando
Ellas te llenan la panza

Porque aunque salgas rodaaaando
Ellas te lleeeenannnn la panzaaaaaaa.


5 horas de parto en una primeriza es rápido
Como lo sabes...

Las ganas, bonita. O bonito, pero me da que no, que eres mujer. Pues no, 5 son 5, ni más, ni menos. 5 horas de parto son 5 horas de parto y no van a pasar más rápido. Van a pasar a su velocidad normal, hora tras hora, minuto tras minuto, segundo tras segundo, contracción tras contracción...

Si te pones la epidural, es una jodienda porque no te enteras de nada y aquello no sale (o sí. En mi caso, si hubiera hecho efecto completamente, creo que Monstruita hubiera salido por la boca porque comencé a (em)pujar al revés).

Si no te pones epidural, agárrate los machos. O mejor, agárraselos al padre de la criatura. O mejor no, si es que quieres compartir más descendencia con él. Disfruta tu parto, amiga, y déjate de que pase lento o rápido. Eso duele, y ya que lo sabes, aprovecha para romper todo eso "tan bonito" que te regalaron y no te gusta... ¡tienes excusa!

Luego, ya sabes, hay casos terroríficos de parturientas que se tiraron 5 días de parto con sus correspondientes noches, más otros 5 años contándolo.

O casos de Ciencia Ficción de parturientas que hicieron 'pop' y expulsaron a velocidad ultrasónica en 5 segundos al churumbel.

Sea como fuere, 5 son 5, no lo olvides.


Cama de 1,50 más cama de 90 unidas. Colecho
Esto sí es una cama como es debido.
Por los ámbitos paternales y maternales, hablamos de colecho cuando nos referimos al hecho de compartir una misma cama entre varios. Es un concepto bastante habitual que no conviene confundir con el de cama redonda.

Para los listillos y listillas que lo utilizamos una y otra vez, que sepáis que la palabreja no está contemplada en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y olé. Es lógico porque todos sabemos que Arturo Pérez-Reverte, Ana María Matute, Mario Vargas Llosa y Luis Goytisolo Gay (todos ilustres letras de los cuadernillos Rubio), nunca compartirán cama, a pesar del apellido de alguno.

Entiendo, querido amigo o amiga, que lo que buscas es una supercama de... 1,50+ 0,90= 2,40 metros. Guau, tú no quieres una cama, tú quieres un campo de fútbol con edredón.

Si es porque duermes con un gigante, te aconsejo que te busques un escenario directamente: es más grande y, además, tendrás luces de colores, muy útiles para leer por la noche.

Si es porque has ido teniendo un hijo tras otro, y no quieres echar a ninguno de tu cama, también te aconsejo un escenario directamente: con un poco de suerte, se abre la trampilla secreta y se cae alguno, y así cabéis más.

Carta hola guapa cómo estás
Este tío está sembrado, sembrado!
¿Te sorprende que te escriba? Tanto tiempo, es normal.

Mira, majo, deja de echarle face a la vida, ¡y cúrrate la maldita carta de San Valentín! Mira que buscarlo en Google... Celtas Cortos ya escribió una, con música y todo, la primera frase tras tu pregunta, es suya. Cántasela, vas a quedar como Dios (y lo mismo se te vuelve atea, pero esa es otra historia).

No obstante, si de verdad querías escribirle una carta a mano, enhorabuena, ya no quedan de esos. Normalmente tiramos de email, guasap, tuiter, feisbuk y demás tecnomierdaslogías. Pero claro, con el morro que te gastas, seguro que se la mandas escribir a tu madre y se la das al perro para que la eche al buzón.

Na, hijo, que no, que no, que se te ve el plumero.

Y otro día más, este consultorio cuelga el cartel de "trabajando" hasta resolver las nuevas dudas. Buena semana.

Baby Led Weaning, con 11 y 12 meses. Fases.

$
0
0
Del Baby Led Weaning con 11 meses hablo al final del post. Este post iba a ser otro de esos rollacos descriptivos sobre el tema. Pero hete aquí (toma ya, expresión vintage que me he sacado de la manga), que unos amigos recién preñaos estuvieron aquí el sábado cenando. Y claro, vieron el BLW en acción con Monstruita. El menú, si mal no recuerdo, eran unas judías verdes rehogadas con cebolla y jamón (aunque el jamón se lo quité cuando se lo di), patata cocida, y un plátano.

Él flipo en colores. Todos sus años de imposiciones culinarias se le vinieron encima y le cayeron como una losa. Comprendió la esencia del BLW nada más verlo: "¡claro, así ella controla lo que come! ¡Y puedes hacer otras cosas mientras ella come! ¡Y no le obligas a comer!". Acto seguido, tras oirnos varias veces al padre y a mí decir "esto es ahora, no siempre ha sido así. Véis el resultado de muchos meses...", comprendió con esa mente clara que tiene a veces, que el BLW tenía distintas fases.



La verdad es que, por mí misma, nunca hubiera caído en ellas de manera tan concretas. Pero gracias a él, fuimos sacando algunas, que a continuación os dejo por aquí:

La que se atraganta soy yo, al ver esto.
- El miedo al atragantamiento.

Cualquier decisión con respecto a la crianza es muy personal, y optar por el BLW también. Sé que bastantes madres lo dejan cuando ven a sus bebés toser. Yo me hice un curso de primeros auxilios para bebés por si las moscas (que debería refrescar).

Así que, si decides hacer el BLW, en la primera etapa tendrás mucho de esto.

Esto sí que tiene pinta de ser una familia agobiante.
- La familia.

El BLW implica un acto de fe en el bebé y en que estará suficientemente alimentado con lo que decida comer y la leche materna y/o de fórmula. Con nuestra tradición de purés y papillas, es normal que la familia, en particular las abuelas, desconfíen. No obstante, en mi caso, son bastante colaboradoras y gracias a ellas he sacado bastantes buenas ideas.

A este seguro que le da igual la m**rd* que caiga al suelo
- La guarrería.

Al principio, el bebé mancha que es un horror. Lo mancha todo, se mancha él... una fiesta. Ahora solo suele manchar la trona, y en el suelo apenas quedan restos.
Pediatras y padres: tocándose la moral mutuamente desde siempre.
- El/la pediatra.

En mi caso, lo cierto es que no me puedo quejar. Pero supongo que habrá algunos que pongan el grito en el cielo, porque tiene que haber de todo en esta vida. Pero vamos, ellos mismos te suelen decir que sobre los 8 meses, introduzcas alimentos sin triturar.
Si le das al bebé lo que quiere, vaya si come, sí...
- No come.

Monstruita se ha tirado un día o dos enteros sin comer, a base de teta prácticamente. Normalmente coincide con la salida de los dientes. Pero esto implica otro acto de fe en el bebé y en su mecanismo de alerta en forma de hambre.

No se me ocurren más etapas. En cualquiera de estas (o de esas otras que no sé), una madre puede decidir cambiar el BLW por una alimentación complementaria basada totalmente en papillas y purés. Como he dicho en alguna ocasión, yo también le doy alguna vez triturado a Monstruita (cuando los quiere, claro), pero vamos, cada uno es cada uno.

Mi experiencia al respecto está resultando bastante positiva, aunque la cagué fastidié con algunas cosas (y lo que me queda).

Con respecto a la evolución de Monstruita en este tempo, como novedad, decir que hemos introducido el huevo en tortilla, en lugar de un cuarto de yema, dos cuartos de yema, la yema entera, un cuarto de clara, dos cuartos de clara, etc. que aconsejaba la pediatra. Pensé que si Monstruita era alérgica al huevo, lo iba a ser de todos modos. En esto, ambas abuelas estaban bastante de acuerdo. Así que se lo di en tortilla (tras verme durante diez o quince minutos comiendo de eso, hasta que decidió catarlo).

Por lo demás, come. Ahora sí que come. Tanto, que ya me tengo que prepara algo más de alimento, porque si le doy de lo mío, me quedo con hambre. Aunque a veces, flojea en la cena o en el desayuno.

Seguiremos informando.


10 cambios personales al nacer como madre.

$
0
0
Podría dedicar un post a los tremendos avances de Monstruita, a lo guapa y mayor que está, y tal. Pero creo que el blog ya es una muestra de ello, y además, tengo miedo de pegarme un costalazo con mis propias babas. No quiero quitarle protagonismo a Su Majestad con mis posibles operaciones de cadera al respecto.

Al fin y al cabo, por todos lados existe información detallada sobre la evolución de los bebés durante el primer año de vida (Creo que lo dejan cuando cumplen 18 años, pero debe ser por no aburrir al personal). Así que, en ese aspecto, poco iba yo a aportar.

Se habla mucho de los cambios de ser madre y se describen algunos rasgos generales por ahí. Sin embargo, no hay nada como vivirlo en las propias carnes.

Me ha parecido preciosa esta imagen.

1.-LA SIMBIOSIS


El primero, es que yo no noté esa "separación" de la que hablan cuando nace el bebé. Por fin Monstruita estaba en mis brazos y comenzaba a vivir. Lo que no sabía, es que seguiríamos siendo una sola persona, para bien, y para mal. Mi mundo era (es) Monstruita. Si ella lloraba o estaba alterada, yo estaba mal. Si ella estaba tranquila o durmiendo, yo descansaba. Mi prioridad era (es) ella. De alguna manera, estaba mimetizada con ella. Aún lo estoy, pero no es igual que durante los primeros cinco meses.
Cosas poco utilizables durante la cuarentena

2.-LA CONVALECENCIA

Después estaba la convalecencia. Tuve un parto normal y muy bueno, pero aún así, me costaba moverme. Además, estaba agobiada y pendiente del bebé. Monstruita dormía y mamaba y, cuando no lo hacía, lloraba. Excepto cuando teníamos visitas, que educada era un rato y se mantenía calladita. En la calle, solía estar tranquila durante un tiempo, pero no mucho. Así nos tiramos cinco meses. ¿Se trataba de cólicos? No lo sé, pero eso me invalidaba bastante a la hora de poder hacer otras cosas. No aceptaba el porteo, así que o la conseguía dejar en el moisés tranquila, o no había alternativas. A todo esto, las lavadoras y las comidas no se hacían solas (y la limpieza de la casa pasó a ser un capricho excéntrico de gente aburrida).

No tener libido, puede ser hasta un alivio
en ciertos casos.

3.-LA LIBIDO

La libido era esa señora que me miraba de reojo durante el embarazo y que se esfumó inmediatamente tras el parto. No dejó ni rastro. No se trataba de que yo me viera abducida de repente por Monstruita, ni de que no tuviera ni cinco minutos, ni que estuviera cansada. Es que, directamente, había desaparecido como por arte de magia.

Era bastante desconcertante porque me faltaba una parte de mí. No terminaba de ser yo del todo y me asustaba que la maternidad me hubiera cambiado tan radicalmente. Y, sí, claro, escribo esto porque la historia tiene final feliz.
Esta placidez es breve.
Pero eso no lo pone en la foto.

4.-EL SUEÑO

Yo siempre he necesitado mis 8 o 9 horas de sueño. Casi nunca me he levantado ni para mear, señores y señoras. No sabía muy bien cómo iba a llevar eso de que un bebé me despertara cada tres horas por las noches durante dos años, por lo menos.

Lo gordo es que Monstruita se despierta cada hora y media. Y si está de humor, cada dos.

La maternidad, lo siento mucho, no predispone a levantarse de buen humor por las noches cada vez que el bebé necesita comer. Y además, al tomar pecho Monstruita, se lo tenía que dar yo (en mi planes no entraba sacarme leche para turnarme con el padre, soy muy tradicional para algunas cosas).

Así que me tiré tres meses durmiendo con un humor que intentaba no ser de perros, y que no mejoraba cuando oía a Monstruo decir "buf, qué mal he dormido esta noche por la niña".

Al final, me he hecho a ello. Añoro dormir más de dos horas seguidas, sé que llegará, pero al menos, vuelvo a ser persona durante mi estado de vigilia.

Pensando en lo único.
Las cosas cambian.

5.-ESTAR GUAPA

Atenderme a mí misma para estar mona, pasó a un segundo plano. Si habláis con Monstruo, dirá que pasó a un décimo o incluso a un centésimo plano. No es que yo me pasara habitualmente la vida en delante del espejo, ni mucho menos. Suelo ir sin maquillaje y voy a la peluquería en las fiestas de guardar.

Sin embargo, me gustaba jugar con la ropa de vez en cuando. Hasta hace escasas semanas, no he vuelto a ello. Sobrevivía, prefería lo cómodo. No porque no tuviera tiempo o me costara muchísimo, sino porque me exigía pensar (un poco) y pasaba del tema. Ahora he vuelto a encontrarle el gustillo, coincidiendo con que he podido ir de compras otra vez (con un ojo mirando la ropa y con el otro en Monstruita gateando por los "burros" de las tiendas, no fuera a ser que alguien la pisara o decidiera cambiar de planta por las escaleras mecánicas. Mamá, no has leído nada).
Un deja vu con mi peluquero
6.-MI CUERPO

Lo de mi cuerpo a nivel físico, ha sido una fiesta de luz y color. Durante el embarazo, dejé de tener granos ("acné", si nos ponemos finos). Y me salió un pelazo de impresión. Después del parto, además, me creció el pecho (para gloria de Monstruo y la mía).

A los 8 meses de Monstruita, mi acné volvió a mí. Se me empezó a caer tanto pelo, que me podría haber hecho una peluca con ello. Yo, desconcertada y animada por el baile hormonal que aún duraba, me preguntaba cuándo pararía esto. Creo que ahora comprendo un poco mejor a los adolescentes.
Real como la vida misma

7.-LA LACTANCIA

La lactancia también ha tenido su evolución. Al principio, ver cómo Monstruita crecía y se desarrollaba gracias a la leche que yo producía, me daba una gran satisfacción.

Después, vcomprobar cómo Monstruita se iba volviendo cada vez más autónoma buscando la teta por si misma, apartando mi ropa con sus manos, o mamando en las posturas más insospechadas, me hacia gracia. La verdad es que es un tema que da para varios posts.

Ver esto y que se te caiga la lagrimita.
Antes de, no pasaba.

8.-SENSIBILIDAD

¡Ay, ay, ay! Que yo no es que fuera de hierro, pero vamos, ahora tengo la sensibilidad a flor de piel, sobre todo con aquellos temas relacionados con bebés y niños. Es oír una noticia al respecto, buena o mala, y la emoción correspondiente sale disparada.

Con respecto a Monstruita, por supuesto, ya alcanza un grado tal imposible de medir con los aparatos actuales inventados.
Salomón, ese sabio

9.-AMOR/ODIO

Y es curioso, pero bastantes personas de mi entorno se han acercado emocionalmente mucho más a mí desde que soy madre. Quizá yo también actúe diferente con ellas pero, si es así, no soy consciente.

Por otro lado, el tema crianza es tan delicado y personal que, sin embargo, siento que me he alejado de otras madres o que otras madres se han alejado de mí. Supongo que las aguas volverán a su cauce con el tiempo (o no).
Más miembros de la tribu

10.-LA TRIBU

Y, finalmente, puedo constatar y constato que existe una tribu. Empieza por las abuelas y termina por las madres 2.0, pasando por las personas de mi entorno que, sean madres o no, se ofrecen a echar una mano con lo que sea.

------------------------------------------

Estos son diez cambios que he podido observar en mí misma al nacer como madre. La verdad es que, excepto los físicos y, quizá el del sueño, no me los esperaba. Descubrirse a una misma en esta faceta es toda una aventura y, oye, ¡me encanta!


La luz al final de la teta

$
0
0
Este post debería ser obligatorio y quizá tenía la idea de escribirlo en algún lugar de mi mente con bastantes telarañas. Así que hasta que Lucía, de Planeando ser padres no me lo ha sugerido, no me he puesto a ello. Vaya, pues, esta entrada para ella con el título que ella me inspiró en su comentario a mi post anterior.

Mi lactancia comenzó con dolor. Horrible, intenso, nadie te avisa de que el bebé te deja los pezones hechos polvo hasta que, de alguna manera, "se hace callo". El frenillo corto lingual de Monstruita no ayudaba. Sin embargo, eso tuvo solución y con apenas dos meses, le operamos. Mientras, yo estaba contenta porque Monstruita crecía y engordaba como se esperaba: mi teta funcionaba, mi leche alimentaba, mi cuerpo respondía y se acoplaba a sus necesidades.

Cara de dolor que pondría un tío
ante la misma situación.
Tuve pinchazos en el pecho, supongo que era un amago de mastitis. Pero como no me dio fiebre ni me suponía mayor molestia, los obvié y se fueron solos.

Por mala postura, me aparecieron algunas pequeñas grietas que en seguida se fueron en cuanto me di cuenta y corregí la manera en que debía coger a Monstruita (y gracias a mi leche como cicatrizante y la lanolina pura).

Pero Monstruita seguía creciendo y yo continuaba tranquila.

Monstruita, desde el segundo mes de vida aproximadamente, solo quería mamar tumbada. Ante esto, tenía dos opciones: tumbarme yo con ella, o sujetarla de manera totalmente perpendicular a mí. Dado todo el tiempo que tardaba en mamar (media hora más o menos), prefería tumbarme yo. Además, cuando le soltaba la teta-chupete, se despertaba y me la tenía que volver a pegar. Como no podía portearla, permanecíamos las dos en el mismo sitio durante una hora o más en muchas ocasiones. A veces me siento tonta, porque pienso que otras madres se andan con menos miramientos y dejan al bebé en el moisés o se apañan mejor que yo en ese sentido. Pero yo estaba de baja maternal, era mi única hija y tenía todo el tiempo del mundo.

Así me quedaba yo después de dos horas tumbada
Aunque no toda la paciencia del mundo. Darle de mamar en otro sitio que no fuera en casa, era casi imposible, a no ser que pudiéramos tumbarnos las dos. Mis salidas, pues, se restringieron mucho haciéndome más esclava aún del bebé.

Y aproximadamente entre los 3 y 5 meses, me sucedió varias veces: de repente, no tenía ganas de darle el pecho a Monstruita. Es más, ¡lo odiaba, me resultaba insoportable! No por el dolor, que ya había pasado, era como un rechazo interno muy fuerte, casi aversión. Siempre pensé que si eso me pasaba cuando Monstruita tuviera un año o dos, sería la ocasión propicia para el destete. ¡Pero no tan pronto! Debía ser eso que llaman "crisis del amamantamiento", pero tampoco estoy muy segura. En fin, me armaba de paciencia y me decía a mí misma que Monstruita tenía que comer y que pronto pasaría.

Efectivamente, esa crisis pasó. Y Monstruita, sobre los cinco meses, tardaba mucho menos en mamar, unos diez minutos aproximadamente.

Además, cuando aprendió a sentarse, sobre los siete meses, ya le gustaba mamar sentada. Por supuesto, ya no me dolía.

Después, comenzó el baile del tetasutra que incluye patadas, manotazos, movimiento de culo arriba y abajo y demás lindezas. Pero todo esto es mucho más llevadero que todo lo anterior pasado.
Nivel de dificultad del tetasutra
según Hathor, la Diosa Vaca
Sí considero la lactancia mucho más cómoda que los biberones durante los primeros meses, aunque ahora me pesa un poco. Monstruita es muy dependiente de mí y me reclama cada dos horas (media hora arriba, media hora abajo). Esto cambiará, supongo, pero de momento tengo que renunciar a conciertos y salidas nocturnas (podría sacarme leche y dejarla ¡pero es que también soy su chupete para dormir! Monstruita no quiso chupete). Y porque a veces echo de menos dormir muchas horas seguidas (con tres me bastaban). Aunque en cierta manera, salir a trabajar me libera un poco y me ayuda a ser yo misma y a centrarme en cosas distintas (aunque mi media horita en el trabajo para sacarme leche, no me la quita nadie).

No obstante, me sigue compensando, porque creo que le estoy dando lo mejor, oro líquido y blanco, ¡y mucho más barato que la leche de fórmula! Además, aún la veo pequeña para que pase mucho tiempo sin mí (¿miedos de primeriza?)

Así que sí, querida amiga de Planeando ser padres, hay luz al final de la teta.


Apego con Loctite

$
0
0
Cuando una tiene un bebé, e incluso antes, la primera palabra que aparece en su vida es apego. Da igual que estés leyendo sobre lactancia que sobre cómo cambiar un pañal. O que busques información sobre la mejor manera cortar el pelo, o incluso de cómo cambiar de coche. A poco que leas, te golpean con esa palabra. ¡Si hasta han puesto su nombre a un manual que alguien se ha inventado sobre cómo criar "adecuadamente"!


Así que, indefectiblemente, una, o sea, yo, llega al mundo de la maternidad preocupadísima por eso del apego, no vaya a ser que Monstruita crezca desapegada y el día de mañana sea una delincuente, reina de los butrones y toda su vida se vea golpeada por una desgracia tras otra. Por tanto, no duda en darle los brazos que pida, en jugar con ella, en bañarla, cuidarla, etc.

Mientras, de vez en cuando (suele coincidir con algún comentario abuelil o con alguna visita al médico pediátrico de turno), una se pregunta "¿lo estaré haciendo bien?", "¿la estoy cagando de alguna manera?", "¿Monstruita está sana?", "¿sus vínculos van adecuadamente?" (Vínculo, esa otra palabra que apellida el apego).

Suelo responderme positivamente y pasamos la etapa de los 8 meses, esa en la que dicen que el bebé tiene miedo de la separación de la madre y tal, y oye, que parece que no era para tanto. Qué guay, hale, una cosa menos. ¡A por la siguiente!

¿O no? ¿No? Pues no.

Monstruita lleva unos días apegada y pegada con Loctite a mí.

A ver, que yo veo normal que quiera estar conmigo y que me persiga de habitación en habitación . O que prefiera estar conmigo que con su padre en algunas ocasiones. Y que me reclame por la noche. Todo eso ni me lo cuestiono. Lo que me cuestiono cuando noto estos comportamientos, es cómo es posible la crianza sin apego, pero ese es otro tema.

Pero me llama la atención es que, estando en la misma habitación, ahora tenga que estar pegada físicamente a mí. Tanto es así que, con sus casi 13 meses, el otro día me harté, cogí la Emeibaby, y cargué con ella a la espalda mientras hacía y deshacía por la casa. Quince minutos aguantó, y porque paré de moverme (y estar subida encima de algo que no se mueve, no mola).

Si estamos en la calle, no tiene problema en ir en la silla, o incluso, si estamos en el parque, de alejarse de mí un par de metros. También está a gusto con sus abuelos y con mi hermana, hasta el punto de olvidarse momentáneamente de mí.

Pero por las noches, la cosa empieza a complicarse. Normalmente, duermo a Monstruita y la dejo en la cuna. Mientras, aprovecho mi pequeño momento de libertad que puede durar entre una hora o una hora y media. Luego me voy a la cama y, al primer despertar, la meto conmigo (o no, porque hace poco, estoy intentando que pase más tiempo en su cuna por la noche, pero con paciencia).

Últimamente mi momento de libertad puede durar diez minutos. Cuando la dejo en la cuna, a los diez minutos está llorando otra vez. Da igual que luego esté con ella durante media hora hasta que la vuelva a dejar. A los diez minutos, se despierta otra vez llamándome. Y, claro, no me apetece acostarme con ella a las diez de la noche estando de vacaciones. Así que lo vuelvo a intentar una y otra vez.

Ayer mi paciencia llegó al límite. ¡Eh, ese gen de paciencia materna no es infinito! ¡Me han timado! Estuve dos horas así, yendo y viniendo. Probé a dejarla en la cuna, probé a dejarla en la silla, nada. Ella quería dormir conmigo. Si no, nada. Entré en la fase de desesperación y se la pasé a Monstruo. Sabía que iba a dar igual, que con él seguiría llorando y sin dormir pero, al menos, estaba atendida.

Cuando rellené el depósito de paciencia (ya podrían cargar los móviles tan rápido), volví con Monstruita y la dormí. Tras la llantina que se había pegado, Monstruita estaba cansada, así que aguantó esa hora y media tan esperada.

Ahora la tengo aquí, sentada a mí lado, tras haberla tenido sentada sobre mí durante una hora. Además, cada cinco o diez minutos, me pide teta (¿crisis de crecimiento como extra?). Está terriblemente demandante y yo terriblemente poco paciente. Ante lo cual, solo pido una cosa:


Créditos: Gracias a @adrag por haberme pasado este enlace, que me aclaró muchas cosas.

De gatos y bebés

$
0
0
Un bebé y un gato pueden convivir de muchas maneras y probablemente, no exista ningún problema entre ellos. Esto es algo que yo ya daba por supuesto.

Lo que me ha sorprendido, es encontrar que el gato y Monstruita tienen muchos intereses en común. Pero creo que se ve más claro en esta infografía:



Signos para bebés/niños 1

$
0
0
Últimamente me encuentro con que la enseñanza de signos (o señas) a los bebés y niños se ha puesto de moda. Por un lado, me alegra: en mi trabajo encuentro a muchos padres y a algún profesional (escasos, afortunadamente), que no tienen fe en este sistema como vehículo de apoyo y aprendizaje al lenguaje oral.

Ojo, que conste que en estos posts hablo desde mi punto de vista personal y particular y desde mi sesgada experiencia, ya que trato con niños con distintas competencias pero que presentan enormes dificultades para comprender y hacerse entender, a pesar de que su audición suele ser normal (si uno no oye, ¿cómo va a aprender ese lenguaje que primero tiene que escuchar?) y su boca, lengua, etc. deberían funcionar porque, anatómicamente, no presentan alteraciones significativas, al menos tanto como para que les impida utilizarlas correctamente.

Lo primerísimo que hay que saber es que este tipo de enseñanza no tiene nada que ver con la Lengua de Signos Española (o del país desde el que leas esto. Porque, amigos, la lengua de signos cambia de un país a otro. Incluso dentro del propio país. ¿Os suena?), que emplean las personas sordas. NO, NEIN, NON.

¿Por qué? Porque seguro que alguna vez habéis intentado traducir algo literalmente de vuestro propio idioma a otro distinto. Y si habéis tenido la suerte de que os escuche un nativo de ese otro idioma distinto, seguramente habréis podido comprobar la cara de póker que se le queda. Vendría a ser como el chiste:

- Do you pound tomorrow?
- Yes, I book tomorrow.

O cualquiera de los mensajes de @superbritanico, que no tienen desperdicio:

Los angloparlantes lo entenderían mejor si
dijera "están lloviendo perros y gatos".
Así que en la LSE, por ejemplo, la sintaxis (el orden las palabras) no tiene nada que ver con nuestro español de a pie. Y el vocabulario, tampoco. Igual que nosotros, en la LSE una palabra puede decirse de mil maneras... y una manera de decir una palabra puede significar mil cosas. Pero además, la LSE, como todas las lenguas del mundo, tiene su propia historia, su propia cultura y sus propios valores. Obviamente, aprender LSE requiere una formación intensa, como la que requiere el aprendizaje de cualquier otro idioma. O incluso mayor, porque el canal de comunicación es bastante diferente al que estamos acostumbrados los oyentes.

Es decir, por si no ha quedado claro, la LSE, como cualquier lengua, es mucho más que palabras sueltas. Por aquí tenéis más información al respecto. Y si os sigue interesando el tema, podéis leeros "Veo una voz", de Oliver Sacks.


Entonces, ¿qué narices le enseñamos a los niños? ¿Sirve para algo? Existen un montón de evidencias que apoyan que el aprendizaje de LSE o de signos sueltos por parte de niños favorece el desarrollo del lenguaje, tanto en su comprensión como en su expresión. ¿Por qué?

  • Porque la información visual "entra" mejor que la auditiva. Solemos ver la televisión antes que escuchar la radio. Nos encanta Instagram o cotilleamos las fotos de Facebook de nuestros amigos antes que su muro. Y, según un viejo dicho, una imagen vale más que mil palabras.
  • Porque cuando signamos, estamos haciendo concreto algo tan abstracto como son los sonidos del lenguaje oral. El signo de comer, juraría que es universal y, oye, gracias a eso, en seguida conseguiremos aprender cómo se dice en ese idioma para poder saciar nuestro hambre.
  • Porque al signar, ralentizamos el lenguaje oral. Nuestras manos no se pueden mover tan rápido como nuestra lengua (excepto las de algún "pulpo", pero esa es otra historia). Eso hace que el lenguaje oral también sea más accesible.
  • Porque ayudamos a comprender que el lenguaje oral se compone en unidades que son palabras y que, a su vez, se componen en sílabas (principalmente si empleamos el Habla Signada, método del que hablo en un rato). Cuando un niño aprende a escribir, seguramente veamos que algunas palabras las escribe juntas porque para él, son una sola unidad, no comprende que son distintas. Es normal y con el tiempo, cuando comprenda qué son las palabras (conciencia léxica), las separará por sí mismo.
  • Porque el niño podrá empezar a comunicarse antes: los movimientos con las manos son mucho más fáciles de coordinar que los movimientos con la lengua, los labios, etc. Si un niño se comunica antes, disminuirán sus rabietas (parte de ellas se deberán a que no le comprenden, ¿o no recuerdas lo que sientes cuando te quedas sin voz y estás en una reunión?), y podrá hacer referencia a hechos ausentes antes (lo que hace que ejercite una capacidad cognitiva ,de la mente, bastante interesante).

Esto no significa que tengamos que agobiarnos e ir corriendo a aprender cómo se hace esto para enseñárselo a nuestro bebé/niño. En condiciones normales donde no existe alteración conocida y los estímulos son adecuados, el niño aprenderá "por sí mismo" el lenguaje. Solo digo que el aprendizaje de signos facilita la adquisición del lenguaje oral. Y no, este sistema no hace más inteligente al niño (¿qué es la inteligencia? ¿Qué clase de inteligencia se vería favorecida?) pero, como estimulación, siempre viene bien.

Eso sí, en niños con algún tipo de dificultad (discapacidad intelectual, retraso en el lenguaje, deprivación ambiental...) se vuelve una herramienta poderosa y casi indispensable (si no existen problemas motores, o de visión, por ejemplo).

¿Podrán comunicarse estos niños con niños sordos? Aunque sea en plan indio, seguramente sí. Igual que nosotros, si vamos armados con un diccionario a otro país: no nos valdrá para una comunicación fluida pero para lo básico, seguramente sí.

Como me quedaba un post muy largo, seguiremos informando de qué va esto próximamente.

Signos para bebés/niños 2

$
0
0
En el post anterior me centré fundamentalmente en explicar un poco sobre la Lengua de Signos Española (LSE) y los signos que se suelen enseñar a los bebés en cursos varios. Ojo, no es que un bebé no pueda aprender LSE, ¡claro que sí! Lo que sucede es que si sus padres son oyentes y no dominan la LSE o el bebé no ve con cierta frecuencia a personas que la utilizan, probablemente no la aprenderá.

Entonces, ¿qué les enseñamos a los bebés? Si buscáis en Google, probablemente encontraréis un montón de sitios que os explican quién descubrió que enseñar signos a los niños es bueno y quiénes lo avalaron después. Así que no me voy a repetir.

A lo que iba. Realmente, lo que se suele emplear con los bebés oyentes, hijos de oyentes, es la Comunicación Bimodal. ¿Y esto qué es? La Comunicación Bimodal es un Sistema Alternativo y/o Aumentativo de Comunicación (SAAC) y originalmente está pensado para niños con problemas en la comunicación, principalmente aquellos que presentan discapacidad intelectual.

"¡Pero mi hijo/a no tiene discapacidad intelectual!" 

No importa. Solo piensa que si a los niños que tienen problemas en el lenguaje les ayuda signar, a los que, en principio, no tienen, este sistema les facilita el acceso a la lengua oral. El lenguaje es algo que a nosotros nos parece muy fácil, no tenemos en cuenta que suele ser sonoro y abstracto, y que un niño ni siquiera sabe qué es lo que tiene que aprender y por qué (nosotros, cuando aprendemos un segundo idioma de adultos, ya tenemos "experiencia" con, al menos, una lengua). En el post anterior explico el porqué viene estupendo.

"Y entonces, ¿esto de qué va?"

El Sistema Bimodal consiste en ir signando de manera simultanea lo que hablamos. Por ejemplo, si decimos "mamá come fresas", haremos los signos de "mamá", "comer" y "fresa" por este orden. Encambio, en la LSE el orden de la frase no tiene que ver y los signos pueden variar, no siempre es el mismo signo para la misma palabra.

Parece fácil, ¿verdad? Solo habría que aprenderse los signos interesantes, y ya está. PEEEEROOOO, siempre hay un pero por algún lado. En este caso son:
  • Es necesario adaptar la longitud de lo que decimos (enunciado) a la edad del niño. Lo solemos hacer de manera inconsciente pero, por si acaso, lo explicito.
  • Solo se signan las palabras "importantes". Es decir, en principio, los artículos no se signan. Y probablemente algunas preposiciones tampoco (aunque podemos incluirlas de todos modos). Eso no significa que hablemos como los indios, sino que con un enunciado normal, signaremos solo algunas palabras. Por ejemplo, si digo "el niño bota la pelota", signaré "niño", "botar" y "pelota".
  • Los verbos no se declinan. Continuando con el ejemplo anterior, el signo de "botar" es siempre el mismo, aunque digamos "botamos", "botaste" o "bote".
  • Del mismo modo, no hay plurales o singulares, el signo correspondiente a "niño" y "niños", por ejemplo, es el mismo. Aunque sí se diferencia el género ("niño" vs. "niña").
"Ajá, ¿y por dónde empiezo?"


En muchos sitios dicen que por aquellas palabras significativas para el niño, es decir, aquellas le resultan más interesantes. Yo voy más lejos y siguiendo a Benson Schaeffer, autor del método Habla Signada para Alumnos No Verbales, podemos comenzar por aquello que el niño pida o requiera con frecuencia. Dependiendo de la edad, podría ser "mamá", "teta" o "pelota" (o a saber, ¡depende de cada uno!)

En lo que respecta a cómo y cuándo empezar a signar, os remito a la web de Otanana, que está muy completa. En Google podéis encontrar más referencias. Pero, de nuevo un pero, yo tendría en cuenta varias cuestiones importantes durante este proceso:
  • No atosigar al niño/a. Lo de "di papá" o "signa papá" dicho 500 veces hasta la saciedad, puede ser contraproducente. O aquello de "signa pelota. Y ahora papá. Y ahora perro. Y ahora casa". ¡Que no son robots ni ordenadores!
  • El lenguaje es un juego más. Si el lenguaje oral lo es, ¿por qué no podemos hacer lo mismo con el Bimodal? Lo importante es que nos vean utilizar los signos con frecuencia porque los niños IMITAN y aprenden IMITANDO. Si tú no los usas, él/ella se dará cuenta y pasará del tema también.
  • Si hace un signo mal, no le corrijas directamente. Es decir, no le digas "mira, no se hace así, se hace así". Por ejemplo, imaginemos que ha signado regular "pelota". Es mejor decirle: "ah, ¿quieres la pelota?" Y que nos vea hacer correctamente el signo. Esto también se aplica en el lenguaje oral.
  • Aunque para algunas personas puede resultar difícil, lo suyo es signar en espejo al niño/a. Es decir, aunque seamos diestros y nos guste signar "papá" con la mano derecha, si queremos que el niño lo haga con esta misma, nosotros deberos hacerlo con la izquierda.
  • Y, muy importante, antes de aprender cualquier signo, ¡poneos nombre en signos vosotros y las personas cercanas más relevantes! Es decir, "papá" utilizará en principio el signo de "papá", pero la "tía Fulanita" deberá tener un signo propio, ya que seguramente no sea la única tía. ¡Echadle imaginación!
"¿Algo más?"

Sí, es importante para que os sea más fácil captar un signo y hacerlo correctamente, que tengáis en cuenta que un signo se compone de varios parámetros:
  • El lugar de articulación de un signo: dónde se pone la mano en relación con el cuerpo.
  • La forma de las manos.
  • El movimiento que tienen que realizar las manos al hacer el signo.
  • La orientación de la palma de la mano.
  • La expresión facial que acompaña al signo. Esto es particularmente importante en la LSE, no siendo tan fundamental en la Comunicación Bimodal (aunque ayuda).

"¿Y dónde puedo consultar los signos?"

Con esto de las tecnologías, está mucho más fácil. Yo os aconsejo que los toméis del DILSE, desde donde están haciendo un esfuerzo importante por unificar los signos en todo el territorio español (no tenemos el mismo signo para "casado" en Madrid, que en Aragón, por ejemplo). Os tenéis que registrar y os da acceso a diez signos diarios. No obstante, acaban de lanzar su propia app, a la que aún están añadiendo signos. Eso sí, disponible solo para sistemas con Android, de momento. Otra app interesante es Signame, también de la Fundación Vodafone.

Si queréis signos que ahí no aparecen, también tenéis Sématos.eu. En la propia web de Otonana también tenéis vídeos donde Ruth Cañadas explica claramente cómo se configuran los signos escogidos entre vocabulario más frecuente en los niños.

Si no vivís en España, entonces deberíais tomar como referencia la lengua de signos o de señas correspondiente al país de residencia.


"¿Y ya?"

Básicamente, sí. Obviamente existe mucha más información que podéis encontrar en internet, en los libros, o en organismos oficiales como el CNSE. Pero digamos que la estructura principal es esta.

¡Ah, se me olvidaba! Existe el alfabeto dactilológico. Simplemente es un signo asociado a cada letra. Viene bien para deletrear nombres. Un bebé no sabe leer, así que no lo utilizaremos con ellos. Sin embargo, es un método muy bueno para ayudar cuando los niños están comenzando la lectura. Asociar el signo al sonido de la letra en sí, no al nombre de la letra (por ejemplo, no decir "ese" mientras signamos "S", sino decir "sss"), facilita la tarea al tener que unir las letras durante la lectura de una palabra. Por cierto, esta última idea no es mía, está basada en este método.

Os dejo con un vídeo del alfabeto dactilológico:




Consultorio de Monstrua 6

$
0
0
El tiempo pasa, la ciencia avanza, los smartphones cada día son más smart y más grandes, pero en la red sigue habiendo gente con dudas, con muchas dudas, que caen en este blog esperando encontrarlas. Y yo no voy a irme de aquí sin despejarlas, como buena samaritana y porque me parto cada vez que las leo.


¿Es malo el Santo Grial del amor?
Santo Grial Fruta.


Dos búsquedas distintas donde aparece el Santo Grial. Diría eso de "a mí que me lo expliquen", sino fuera porque aquí, la que tiene que explicar, soy yo.

Que si es malo el Santo Grial del amor. Pero hijo, o hija, ¿tú sabes de qué narices estás hablando? Yo tampoco. Pero así, a ojo de buen cubero, te diría que no creo que sea malo; no veo al Santo Grial quemando edificios, comiendo perros o matando por inanición a un ejército de hormigas veraniegas, sea Santo Grial del amor, o no. En cambio, lo de las hormigas sí que lo veo en el terrario de mi vecino, que están las pobres al borde del paroxismo, casi para comerse unas a otras. Pero como tú debes de venir de lejos, tranquilo que mi vecino no te pilla a mano.

Y lo del Santo Grial de la Fruta, merece mención a parte. Oye, que sí, que en la Última Cena, la copa estaba llena de vino, que no son más que uvas aplastadas y fermentadas, y que quizá llenarla de macedonia le hubiera dado un toque de nouvelle cuisine la mar de cool, pero vamos, creo que aún no les ha dado por rellenarla así. ¡Si ni siquiera la han encontrado todavía! Otra posibildad que se me ocurre, es que en realidad te refirieras a la cornucopia. Pero vamos, que eso no es un invento de ahora, ¿eh? Que qué suerte que no hayas dado latín, aunque te hayas perdido esto.

El Santo Grial para algunos
Te amo, ¿quieres tener un hijo conmigo?

¡Sí! Esto... ¡No! Espera, ¿pero qué me dices? ¿No serás Monstruo disfrazado de búsqueda "googlera" para hacerme OTRA proposición indecente, verdad? ¿No?

Bien, entonces eres un hombre, me da a mí, que confunde las churras con las merinas y además, quiere espantar a su amada. Vamos a ver, alma de cántaro, vale que los hijos son la mejor expresión de amor en una pareja que pueda existir (nota amarga: antes del divorcio). Pero no hace falta que para demostrarle su amor le propongas un hijo así, a bocajarro, ¡que se te va a caer de espaldas la susodicha!

Después le hizo la cobra. Ahora trabaja de ermitaño asceta.
Primero mejor regálale unas flores, o una cena romántica, o un diamante, o una casa en las Bahamas. Luego ya, si eso, si ves que después de vivir un tiempo con ella, sigues pensando que te mola, pues sí, vas y se lo propones. Pero déjate de hijos así, a la primera de cambio, que además luego, en cuanto veas lo que es un bebé los primeros meses, corres el riesgo de que se te caiga el amor por el agujero del ascensor así, sin avisar, si antes no lo has armado bien con hormigón.

El hijo que nunca llegó

Coche que ríe

Toro que empuja. Ah, no, no era así. Bueno, siento desilusionarte, pero lo cierto es que no conozco a ningún coche que ría. Los de choque además, creo que van un poco acojonados acongojados. Quizá Kit, el de la serie de El coche fantástico, por aquello de que hablaba. Pero vamos, que tampoco, que su humor era bastante inglés y pasaba de soltar alguna carcajada. En cambio, si te puedo presentar a algunos coches que dan risa. A saber:

La policía británica da una vuelta a lo ecológico
Hey, bro, qué guapo te ha quedao el buga-yo-yo-yo
Este podría ser el interior del anterior.
Pero el volante a lo british, lo desmiente.
Aquí cabían el perro, los niños, los abuelos, las maletas,
el burro, las plantitas para que no se sequen, la madre e incluso el conductor.
Otro coche ecológico. Además, así te ahorras tener que ir al mercado
a comprar la lechuga y los tomates; te sirves y ya está.
Lo siento, no podía faltar. ¡Viva Steve Urkel!

Fotos de cómo nacen las ballenas

¿Es una indirecta o qué? Entre esto y que recientemente me han ofrecido un producto de adelgazamiento por el tuiter, me lo estoy empezando a creer.

Pues mira, majo, o maja, que ojalá una tuviera las curvas como hay que tenerlas, pero no es el caso. Así que vete a National Geographic o a los documentales de Televisión a la Carta de la 2, y deja de marimangonear por blogs ajenos. Que las blogueras somos muy sensibles y snif, necesitamos que nos digan cosas bonitas y no esto.


Frases de despedida con Snoopy o Mafalda

Pues... bueno, por aquí no hay nada de eso. Pero te propongo otras, que lo mismo te gustan también (debajo pongo el vídeo de la canción original):

Algo se muere en el almaaaaaa, cuando Mafalda se vaaaaaa,
y va dejando una huella, que no se puede borraaaaar.

No te vayas Mafaldilla, no te vayas, por favoooooor,
no te vayas todavíaaaa, que hasta Snoopy noche y día
llora siiiiiii dices adióooooos.


------------------------

Al paaaaaartiiiiir, Mafalda me ofuscóooo,
y Snoopy encima lo rematóooooo,
es ligeeeero equipaaaje,
para tan largo viaaaje,
Snoopy pesas como un ca... mióooooon.

Máaaas alláaaaaaa del wifi habrá un lugar,
donde el sol salga siempre en Instagraaaaaam,
forjaráaaaaan mi destiiiino,
Malfada y su vestidooooooo,
porque las egobloggers siempre queeeeeeedaráaaaan.


------------------------

Bye, bye, mi piccolissima Mafaaaaaaldaaaa
me dejó más solo que un desierto dibi dibi dibi daaaa
Bye, bye, mi piccolissima Mafaaaaaldaaaaa,
Snoopy se fue a dos velas dibi dibi dibi daaaaaa



Y con la satisfacción del deber cumplido, Monstrua se retira hasta que más gente con dudas interesantes me soliciten. Que las búsquedas os acompañen.

Por qué la lactancia materna es anticonceptiva.

$
0
0
Señores, señoras, he aquí las auténticas razones de por qué si estamos con la lactancia materna es difícil que tengamos otro churumbel. Pinchen y lo verán en grande. Que aproveche.


Baby Led Weaning con 13 meses

$
0
0
La verdad es que tengo poco que añadir. Sin embargo, supongo que mi falta de experiencia con purés, hace que no termine de comprender los comentarios que, bienintencionadamente, hacen las abuelas.

Por ejemplo, un día Monstruita se zampó unas cucharadas de sopa y una croqueta entera. Después comenzó a hacer "el parabrisas" (barrer la bandeja de la trona con el brazo), lo que es señal inequívoca de que no quiere más (y si se lo pones, gracias al parabrisas sale volando). Para mí, que la veo comer todos los días, eso es una barbaridad. Pero para su abuela, no parecía ser suficiente y aún decía "dale un poco de tortilla, o un poco de yogur". ¡Pero, mujer, que ha comido un montón! Le ofrecí, para que viera, y Monstruita, efectivamente, no quería más.

Monstruita no tardará mucho en profesionalizarse a este nivel.
Grande Mike Bonales.
Con su otra abuela y otro día, Monstruita devoró garbanzos y un cacho de morcilla. La abuela no parecía estar conforme, y le pregunté: "¿No te parece suficiente? ¿Qué más quieres que coma?", a lo que respondió presta: "¡Pues otro trozo de morcilla!" Pero Monstruita ya había tomado lo que necesitaba y ella lo sabía, su cuerpo lo sabía.

Monstruita come bastante bien en dos de las tres comidas diarias. Por lo cual, no considero necesario ofrecerle comida una cuarta vez. Aunque si vamos a por el pan, siempre le doy un trocito (como yo tengo esa costumbre, también se lo ofrezco a ella).

A veces desayuna una torta entera de arroz, otras no llega a media. A veces un poco de galleta, y otras casi nada.

La pasta y las legumbres le encantan. Puede tomar unas 8 o 10 cucharadas de postre llenas de lentejas. O unos 10 macarrones. Por poner una cifra, porque lo cierto es que no lo he contabilizado. Después, la fruta la suele agradecer y roe pera, manzana, naranja, ciruela... Lo que toque, excepto plátano, que últimamente lo único que le gusta de esa fruta es la cáscara.

Le ofrezco carne o pescado en la comida o la cena, junto con arroz o quinoa o patatas fritas (ya no quiere patata cocida. Así que las fritas se las ofrezco una vez a la semana, más o menos y caseras, claro). Si suponemos que la carne es pollo, por ejemplo, aproximadamente se toma el equivalente a una albóndiga pequeña. Albóndigas también come, claro, y si come dos, ya es mucho.

Nemo no es tan majo, ¿no?
La verdura a veces acompaña a alguno de los platos y, al igual que el resto de los alimentos, a veces la quiere y a veces no.

Es cierto que tiene sus preferencias, lo que no quita para que yo le siga ofreciendo de todo. Por ejemplo, el gallo y el bonito pierden por goleada ante la merluza y el bacalao.

¿Por qué escribo este post? Porque lo que para una persona puede parecer poco, para mí es mucho, sobre todo conociendo la cantidad de comida que maneja Monstruita. A pesar del alarmismo de la pediatra, Monstruita continúa en sus percentiles, cogiendo peso y altura de un mes a otro y no ha enfermado nunca prácticamente desde que nació (y que siga así).

Disfruta con la comida, no le teme a la trona y sabe lo que le sienta bien y lo que no, porque puede elegir. El método sigue siendo bastante guarro, pero cuando salimos a comer fuera, la gente suele alucinar con "lo bien que come" y lo tranquila que está a la mesa. No sé cómo será el día de mañana pero, hoy por hoy, Monstruita come bastante mejor que su padre, y que yo cuando tenía su edad.

Creo que el secreto, además de ofrecerle los alimentos por separado, es respetar su ritmo y no obligarla a comer si no quiere más o no quiere de un alimento determinado. Además, he tenido que aprender a interpretar un nuevo tipo de llanto: el llanto por hambre; está quejicosa sin razón, le pongo a la teta y sigue igual. Le siento a comer a la trona, y se le pasa. De lo que se deduce que siente hambre y que la teta no le llena el estomágo, al contrario de lo que piensan algunos.

¡Ellos vienen con instrucciones! Solo hay que pararse a escucharlas y querer entenderlas.


Un bebé en la playa

$
0
0
Se acerca el verano y una de nuestras intenciones es pisar la playa con Monstruita. Qué digo pisarla, ¡rebozarnos hasta parecer nuggets!

Con lo que me gusta nadar, y después de estar durante todo el curso asistiendo a Natación para bebés, obviamente entrar en el mar con Monstruita forma parte del plan.

Este bebé ya nació rebozado.
Pero el mar no es la piscina. Y entonces, mientras le daba vueltas, me surgieron varias dudas. A saber: cuando me meta en el mar,

  • ¿Sujeto a Monstruita en un pañuelo tipo Tonga y similares? Más que nada por el miedo a que una ola me la arrebate de los brazos.
  • ¿O vale con que la lleve en brazos?
  • ¿Le pongo manguitos? ¿Flotador especial para bebés? ¿Un churro de esos que flotan? ¿Nada?
Busco en Google, y nada, no hay información fiable al respecto. Así que solo me queda consultar a expertos con experiencia en el tema. Cuál es mi sorpresa cuando descubro que, antes del agua en sí, existen toda una serie de "previos" a tener en cuenta. Como me pareció muy útil, sobre todo teniendo en cuenta que le puede venir bien a más familias, lo pongo por aquí.


Distintos tipos de artilugios para bebés
Todo lo que vayamos haciendo debe ser sin forzar y lúdico, con mucha paciencia, tratamos de que sea una experiencia agradable. El bebé tiene toda la vida para acostumbrarse al mar, así que tenemos que olvidarnos de la presión que nos podemos poner según el número de días que vayamos a estar en la playa. ¡No queremos traumatizarle y que odie el mar!

El primer paso es la arena. Eso caliente y blando que no ha pisado antes puede asustarles. Pienso que Monstruita, al igual que otros bebés, tiene la experiencia de la arena del parque pero, aún así, es posible que no sea lo mismo. Si sucede esto, el consejo es poner al bebé en la toalla, no forzarle a nada, y que se familiarice y explore por sí mismo.

Después, una vez que la playa sea territorio seguro para ella, llega el momento del agua. Las zonas donde se formen pequeños charcos, donde el agua no se mueve mucho, son ideales para comenzar; el agua está tranquila, no cubre al bebé, que puede estar sentado o de pie a su aire, y puede comprobar cómo es el agua del mar.

¿Y cómo es el agua del mar? ¡Salada! Y, seguramente, fresquita, aunque estemos en pleno Mediterráneo. Debemos procurar que, al principio, no le entre agua en los ojos porque le picará, con lo que puede provocar su rechazo. Del mismo modo, la crema para el sol es otro factor a tener en cuenta: a veces, con el agua, entra algo de crema en los ojos. Así que debemos dar poca crema alrededor de los ojos y expandirla muy bien. Recordemos que, de todos modos, no es bueno que tomemos el sol entre las once de la mañana y las cuatro de la tarde. En el resto del cuerpo, crema abundante, camisetas de manga larga, gorras, pantalones.

Este no se entera, y así le va.
Pero, mira tú por dónde, en la playa en la que estamos no hay ni un vil charquito. Ni siquiera lo podemos hacer nosotros porque hay mucha gente, o no he traído la pala, o no me apetece, o... lo que sea.

No pasa nada, nos acercamos a la orilla del mar, donde llegan las olas, donde apenas nos cubre. Que se moje los pies, que observe el movimiento de las olas, que es algo que está fuera de su control, pero que se familiarice. Seguimos jugando e incluso podemos llevar algún juguete que le motive. Le podemos ir mojando muy poco a poco: la espalda, las axilas, el cuello, la cara. Si observamos rechazo o miedo en algún momento, paramos y seguimos jugando como antes.

Si vemos que se lo toma bien, podemos coger al bebé e irnos metiendo con él en brazos, poco a poco. Su primera vez debe ser sin manguitos, sin flotador, ni tabla, ni churros, ni nada. Además, si le ponemos manguitos, puede que termine boca abajo, con la cara en el agua. O con cierto tipo de flotador, puede que resbale, ¡o que se desinfle! Así que solo con su mami o con su papi. Es especial y es algo que vincula mucho.

Poco a poco, mientras nos metemos, jugamos a saltar las olas. Con cada salto, nos meteremos un poquito más, meteremos al bebé en el agua un poquito más. Si llegamos a una zona donde el bebé pueda flotar, debemos mantener contacto físico con él continuamente. Por seguridad de ambos. Si el bebé está cómodo, veremos cómo intenta separarse, voltearse y explorar. Puede que pase en seguida, o puede que nos volvamos a nuestra casa sin que haya hecho otra cosa que estar abrazado y agarrado como un monito a nosotros. Si ha disfrutado y no ha sentido rechazo ni miedo, el objetivo está conseguido.

Cada día, seguramente, notaremos su evolución y podremos ir jugando más, metiéndole más o comenzar antes a meternos en el mar. Ante todo, paciencia y respeto con y por el bebé.

¿Cuándo salir del agua?

  • Cuando el bebé tenga frío.
  • Cuando el bebé esté cansado/irritado/temeroso.

Doy por supuesto que debemos seguir todas las indicaciones de seguridad y ser precavidos con el mar: ante oleaje fuerte o corrientes marinas, nos quedamos en la arena tan a gusto. Recordemos que la bandera verde es la única que indica que el mar está "tranquilo". Aún así, en ocasiones yo he entrado en un mar con bandera verde, y he notado corrientes fuertes para comprobar que, tiempo después, cambiaban la bandera a amarilla.

¿Y qué pasa con las medusas? ¡Otra cosa a tener en cuenta! Por eso es importante acudir a playas con socorrista. No obstante, existen cremas para el sol antimedusas. Yo las he probado, y efectivamente, no se me acercó ni una (una amiga se echó una normal, y alguna le hizo una caricia de las suyas). Si bien es cierto que conviene probarlas primero, ya que puede que irrite algún tipo de piel.

Aquí tenéis dos ejemplos:


La que yo probé sobre mí misma es la Pediatrics de ISDIN. Este post no está patrocinado, lamentablemente.

Y hasta aquí llegamos. Cuando pasemos por la experiencia, ya iré contando cómo nos va. Mientras, son bienvenidos los consejos que queráis añadir aquellos que sepáis y me podáis iluminar :) ¡Buena semana!

Estoy embarazada 2.0

$
0
0
Hola, amigos y amigas, ¿recordáis la entrada donde hablaba en una infografía de la lactancia materna como método anticonceptivo? Pues bien, esa infografía la hice a ciencia y a conciencia, sabiendo que después de los primeros seis meses tras el parto, podría pasar cualquier cosa.

Y, la verdad, NO ha pasado cualquier cosa. Ha pasado LA cosa, lo que tenía que pasar, lo que a veces se da, y a veces no y hace falta ayuda de la Ciencia. Que sí, que no me enrollo, que estoy embarazada, que estoy incubando otro Centímetro dentro de mí. Que Monstruita se va a convertir en la mayor porque va a tener un hermanito o una hermanita, no lo sabemos aún. Lo esperamos para Navidades casi.


Ya no me leo todo lo relacionado al respecto, porque ya lo hice en su día en. Cuando nazca, Monstruita tendrá veinte meses. Solo puedo decir que he sobrevivido al cansancio mortal del primer trimestre, y la pobre Monstruita también, que ha tenido que ver cómo su madre se tiraba en el sofá y no le hacía mucho caso, la llevaba al parque a duras penas, y le hacía de comida lo que pillaba y, aún así, intentando que su dieta (y la mía) fuera equilibrada. Una fiesta de luz y color.

Si bien el embarazo anterior nos pilló en pleno verano, fuera de casa y no fue hasta las doce semanas cuando fui al médico, está vez fue casi al mes. Ya me han hecho un montón de pruebas y las que me quedan. ¡Por Dios, que no estoy enferma, solo embarazada! Sé que nuestra Sanidad es un lujo y todos los profesionales que me están atendiendo son muy  amables y está muy formados pero, de verdad, en mi curro creen que me he muerto o que he abandonado el barco porque no me ven el pelo. Y gracias a que mi jefa es la mar de maja y no me pone pegas nunca.

La emoción me embarga pero las dudas y los miedos también, aunque son de otra clase distinta a los de mi embarazo anterior. Por ejemplo:
  • ¿Cómo lo llevará Monstruita? Ahora es la reina de la fiesta e, indudablemente, pasará a tener menos atención. ¿Seremos capaces de mantener un equilibrio que nos compense a todos?
  • ¿Cómo llevaremos Monstruo y yo el cansancio añadido inicial? ¿Seremos capaces de reorganizarnos sin que provocar la III Guerra Mundial?
  • ¿Qué pasará con la lactancia de Monstruita? ¿Se terminará antes? ¿La terminaré antes? ¿Seré capaz de estar con los dos a la vez y no morir en el intento? ¿Será una tragedia?
  • ¿Se enganchará bien el nuevo o la nueva? ¿Habrá problemas? ¿Cuáles? ¿Seré capaz de dar con las personas adecuadas y solucionarlos?
  • ¿Qué pasará esas dos noches, dos como mínimo y con suerte, que estaré en el hospital el día del parto? ¿Quién dormirá a Monstruita? ¿Qué hará ella sin su teta-chupete nocturna?
  • ¿Será niño o niña? En el embarazo de Monstruita me daba más igual saberlo. Esta vez, supongo que la facilidad con que ha venido me hace preguntarme esto que, antes, era algo accesorio para mí. Es curiosidad pura y dura, porque cosas como la ropa y demás, no me preocupan demasiado.
Y así es como les informo de que tendré un verano movidito, con panza y detrás de Monstruita, que habrá aprendido a andar y estará correteando por ahí.

Buena semana :)


La lactancia materna, el nuevo bálsamo de Fierabrás

$
0
0
Por si alguien no sabe a qué me refiero con el Bálsamo de Fierabrás, dejo aquí una reseña, copiada textualmente del blog El ingenioso hidalgo don Quixote:

El tal Fierabrás, que la lió parda.
Fuente
El bálsamo de Fierabrás es una poción mágica capaz de curar todas las dolencias del cuerpo humano que forma parte de las leyendas del ciclo carolingio. Según la leyenda épica, cuando el rey Balán y su hijo Fierabrás conquistaron Roma, robaron en dos barriles los restos del bálsamo con que fue embalsamado el cuerpo de Jesucristo, que tenía el poder de curar las heridas a quien lo bebía.
En el capítulo X del primer volumen de Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes, después de una de sus numerosas palizas, Don Quijote menciona a Sancho Panza que él conoce la receta del bálsamo. En el capítulo XVII, Don Quijote muestra a Sancho que los ingredientes son aceite, vino, sal y romero. El caballero los hierve y bendice con ochenta padrenuestros, ochenta avemarías, ochenta salves y ochenta credos. Al beberlo, Don Quijote padece vómitos y sudores, y se siente curado después de dormir. Sin embargo, para Sancho tiene un efecto laxante, justificado por El Quijote por no ser caballero andante.


¿Qué tiene que ver la lactancia materna (LM) con el Bálsamo de Fierabrás? Vamos a ello. La lactancia materna es el alimento más perfecto, adecuado y mejor pensado para el cuerpo humano durante sus primeros años. Que las marcas que fabrican leche de fórmula intenten imitarla, da buena muestra de ello.

La leche de fórmula consigue su propósito en cuanto a que los bebés están nutridos, salen adelante y no se mueren. Eso, hace no tantos años, era imposible con leche que no fuera humana. Para llegar hasta aquí, ha habido mucho ensayo y error con muertes de lactantes por el camino. Aún les queda muchísimo para lograr la perfección de la leche humana, pero están (ilusamente) en ello, gracias a los millones de consumidores que siguen comprándola y fracasan en su lactancia por falta de apoyo y/o de información (y, en alguna ocasión, por iniciativa de la propia madre, pero creo que son la minoría).

De aquí viene la leche de fórmula. Lo siento, pero ¡viva la teta (de mujer)!
Fuente
Bien, dejando más que claro que la leche materna es infinitamente mejor que la de fórmula (sería como comparar las angulas con las gulas), vamos a por la segunda parte.

Llevo un tiempo leyendo noticias que me dejan la impresión de que la lactancia materna no solo es maravillosa, sino que es ¡máaaagica! Lo cura todo, todo y todo.

La lactancia materna cura el SIDA: 
Autor: Anawanea
Vale, no me he metido a investigar artículos académicos al respecto, solo he mirado los de divulgación, soy así de vaga. Resumiendo, el estudio se hizo en ratones humanizados y los resultados son un tanto radicales: algo de la leche humana destruye el virus que causa el SIDA. En realidad viene a decir que existe algo en la leche materna, que bien estudiado y modificado, puede que acabe con el VIH. Pero de ahí a decir que la leche materna cura el SIDA, hay un abismo, como bien saben los bebés con SIDA amamantados por sus madres seropositivas.

La lactancia materna previene el cáncer infantil: 

Autor: Aurimas Mikalauskas
En este artículo, destacar que le echan la culpa a las madres trabajadoras de que no mantengan la lactancia del bebé durante los primeros 12 meses, "porque no se organizan". Así, con un par y sin despeinarse.

Según ellos, previene la leucemia gracias a una tal proteína alfa-lac. Pues que se la den a todos los bebés de fórmula, en lugar de chutarles tanta vitamina D, ¿no?
Aquí el cáncer a evitar es el gástrico. Qué guay, ampliamos el abanico.
Adiós linfoma. Con una muestra de 200 bebés, ya generalizamos tan alegremente. Olé.
Venga, empezaré a dar leucemia como cáncer evitable con la lactancia materna. Pero al menos, aquí está mejor argumentado y estudiado.

La lactancia materna previene el autismo: 

Autor: Andwhatsnext
Este es el artículo auténtico causante de este post. Lamentablemente, no he podido leer ni siquiera el Abstract, porque ni ello está disponible gratuitamente. Y pagar 51$ por leer el dichoso artículo no está en mis prioridades de gastos ahora mismo.

Así que la crítica en este caso, va a ser un poco a ciegas, pero basándome en otras evidencias. Si esto lo lee algún experto del tema y ve algún fallo garrafal, me corrija, por favor (lo agradeceré infinitamente).

No soy especialista en autismo y mi experiencia con personas con autismo es muy escasa. Pero hasta donde yo sé, la Ciencia lleva dándole vueltas al asunto del origen del autismo desde hace mucho. Y me parece, por lo que veo últimamente, que aprovechan cualquier excusa para decir que "algo" provoca autismo. Total, ya que no sabemos la causa, todo vale, ¿quién lo va a demostrar?

Obviamente, no es una postura muy ética por parte de ciertos investigadores, y no sabemos qué intereses habrá detrás. Pero está pasando, señores y señoras.

Sin embargo, no toda la Ciencia, no todas las investigaciones al respecto son así de horrorosas. Hay un camino a donde parecen apuntar cada vez con más fuerza todas las evidencias: el autismo tiene un fuerte componente genético (aquí, aquí , aquí, y aquí). A veces, esas alteraciones genéticas parecen estar causadas por factores ambientales, y otras por factores hereditarios.

Del otro porcentaje importante de personas diagnosticadas con Trastorno del Espectro de Austismo, no se puede decir claramente la etiología. Entonces, qué, ¿seguimos jugando a la ruleta rusa? ¿Nos creemos que la falta de lactancia materna provoca autismo? Madres que habéis destetado a vuestro tierno infante antes de los 6 meses y le habéis metido leche de fórmula, ¡arrepentíos! ¡Culpabilizaos! ¡Sois las causantes directas de que vuestro hijo o hija tenga T.E.A.!

Muy fuerte, ¿no? Eso me recuerda a cuando en los años 50 y 60 del siglo pasado, se culpabilizaba al tipo de  crianza llevada a cabo por los padres, como causante del autismo.

Creo que hay que ser bastante crítico y cuidadoso con la información que nos llega. Es fácil creerse lo que uno quiere creerse porque nos viene bien (en mi caso, como sigo con lactancia materna, me viene genial). Pero también es tremendamente sencillo darle la vuelta a la tortilla y culpabilizarse sobre todo cuando, en muchos casos, una lactancia materna ha sido deseada pero no ha sido posible por múltiples factores (falta de información, falta de apoyo, cansancio, poca normalidad de la lactancia materna en esa cultura, presión del entorno, mal asesoramiento...)

En fin, no sé si este post levantará ampollas o se tomará como lo que pretendo que sea, una visión más objetiva de la información que nos llega acerca de la lactancia materna. Es mucha la presión a favor pero poco el apoyo y, con información que no es veraz, no se consiguen este tipo de cosas.

Buena semana.

Lactancia durante el embarazo

$
0
0
Esta que suscribe llegó al parto rezando porque su lactancia se pudiera llevar a cabo. Cuando vio que Monstruita se enganchaba, rezó por llegar al primer mes de lactancia. Después, por que no le doliera el pezón, y porque Monstruita mamara en otra posición distinta de la tumbada. Luego esperamos a los seis meses de lactancia materna exclusiva. Y así hasta ahora, con 15 meses. Y embarazada. Quién me lo iba a decir a mí...

Si lo de la lactancia materna más allá del año es una rareza, no digamos ya la lactancia materna con embarazo de por medio. Así que supongo que este post os importará un bledo a la mayoría. Pero yo lo escribo porque la mayor parte de la información que he encontrado al respecto está en inglés. Y, oye, me apetece que esa madre "rara" y desesperada por resolver miles de dudas que busca en Google en español, no encuentre un erial de información.

Así que me he decidido a hacer una infografía en la que intento aclarar un poco las cosas. Después, pongo los sitios que he consultado y que considero interesantes. De nuevo, si veis algún error, os agradezco que me informéis de ello para poder corregirlo.


* Créditos de la foto utilizada en la infografía: UK Department for International Development.

Fuentes interesantes:

* Artículo de Alba Lactancia Materna.
* Artículo de La Leche League.
* Artículo de KellyMom.
   - Cambio de la leche durante el embarazo.
   - Seguridad durante el embarazo con lactancia.
   - Extraerse leche durante el embarazo.
   - Mitos y verdades sobre la lactancia y el embarazo.
   - Nutrición de la embarazada con lactancia.
   - Tips sobre lactancia durante el embarazo.



Casi un año de madre trabajadora fuera y dentro de casa, y lactando.

$
0
0

Hace casi un año que mi baja laboral por maternidad terminaba y me incorporaba de nuevo a mi lugar de trabajo. Aquí dejé reflejados los miedos que tenía, y aquípuse mis inicios. Pedí jornada reducida, por lo que estoy "solo" cinco horas fuera de casa. Ahora, echando la vista atrás, puedo concluir varias cosas:

Curranta en lo que hoy llamaríamos "lactancia prolongada".
Kheel Center, Cornell University
  • Me ha venido muy bien reincorporarme al trabajo: no he perdido el tren (aunque lo hubiera recuperado de haberme incorporado más tarde, supongo que me hubiera costado más), y mi mundo se ha ampliado. Cuando estaba de baja, mi visión, mi conversación y mi entretenimiento se reducían a la casa y a Monstruita, aunque intentara hacer otras cosas. Me agobiaba un poco, la verdad.
  • Además, reincorporarme me ha ayudado a volver a sentirme yo misma: volver a vestirme "decente" otra vez (me costó al principio), superar nuevos retos y afrontar proyectos, volver a casa con alegría sabiendo que echaba de menos a Monstruita. El primer mes, eso sí, me acostaba todos los días a las nueve de la noche, no podía con mi alma y el estrés era bastante grande hasta que conseguimos "cuadrar" todo.
  • Trabajar fuera de casa con jornada reducida implica que me llevo algo (más) de curro a casa. Trabajar fuera de casa implica que, cuando tengo que hacer comidas o cosas de la casa, ya estoy muerta matá. Es un contra que se nota bastante. Y luego, ¡sal al parque y haz recados!
    Pereza mortal al llegar a casa de trabajar fuera.
    Foto de Mysid.
  • A Monstruita no sé si le ha venido bien o no, pero yo la veo estupenda. Sigue queriendo que no me vaya por las mañanas, excepto si ha dormido 9 horas (interrumpidas, claro). Se lo pasa genial con su tía, que es la persona que la cuida, y ha fortalecido vínculos de manera increíble con su padre, que es con quien se queda hasta que llega la tía.
  • He notado su evolución: ahora, si tuviera que dejarle en una guardería, no me daría tantísimo apuro como cuando tenía 5 meses escasos. Aquí puedo entender la baja por maternidad durante un año, por el bien del bebé. Aunque el concepto de Madres de día, me parece una alternativa estupenda a la guarde en esos primeros meses.
  • Puedo decir que en mi trabajo, intentan que exista una conciliación familiar en la medida de lo posible, que soy afortunada: No me han puesto pegas para la reducción de jornada. Pude llegar a un acuerdo con ellos para establecer un horario en el que pudiera sacarme leche. Cada vez que he tenido que ir al médico, bien para mí, bien para Monstruita, no he visto malas caras. Creo que, a veces, mis compañeros y yo no nos damos cuenta de la suerte que tenemos, y eso que nos toca echarle horas en casa, pero compensa.
    Howard R. Hollem, de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU.
  • A pesar del pronóstico negativo que me daban algunas compañeras y personas cercanas, he conseguido mantener mi lactancia tras la incorporación al trabajo. Esto ha sido posible gracias a que me he sacado leche todos los días, no estaba muchas horas fuera de casa, confianza en mí misma y en Monstruita, sabiendo que la leche que le dejaba era suficiente. También ha sido gracias al apoyo de Monstruo, que no dudaba cuando le proponía comprar cosas como un esterilizador, o no me mandaba a la mierda al cuerno cuando le pedía que sacara él los trastos del esterilizador.
  • En el transcurso, ¡me he vuelto a quedar embarazada! Lo que le añade intensidad a todo esto que estoy viviendo. 
  • No se si es por la reducción de jornada, por la crianza o por qué, pero este año se me ha pasado volando. Llego cansada, sí, y deseando vacaciones, pero creo que otros años ha sido mucho más duro. Bien, ahora que lo pienso, la verdad es que este curso me he metido en menos "fregaos", lo he evitado y claro, me he perdido esa vivencia, pero llego más relajada al final.
En general, puedo decir que el balance es positivo y que me ha salido todo bastante bien. Como cada día es una aventura, eso da fuerzas y confianza en una misma para continuar confiando en mi instinto y en el del padre.

Buen día :)

Alojamiento sin niños

$
0
0
Vaya por delante que esta entrada surge a raíz del post Only for adults, de Mamá tiene un bug, donde expresa su indignación por la existencia de alojamientos donde no se permite la entrada de niños, al haber intentado reservar en un hotel que, casualmente, pertenecía a este tipo.

A mí me pasó algo parecido en Semana Santa. Buscaba una casa rural bonita, que no fuera muy cara y que estuviera en un entorno que mereciera la pena. La encontré tras mucho mirar y muchas opciones descartadas, ¡era la casa perfecta!. Pero ¡ops! No permitían niños. Al parecer, anteriormente no tenían esta premisa pero algo debió pasar, para que cambiaran las normas. Cabreo me llevé, para qué nos vamos a engañar, pero era lo que había.

Los niños son alegres, dan vida, pero también pueden llegar a estresar o molestar simplemente jugando. Los adultos también, claro, por eso evito los alojamientos con pinta de "hotel para despedidas de solteros", "hotel barato para guiris", "hotel con animación chuliguay y bailes nocturnos", y demás. Que, oye, si pusieran "hoteles sin borrachos", yo era la primera que iba para allá. Pero no existe ninguno que se venda como tal, porque debe ser políticamente incorrecto. Es lo único que me molesta: que los "hoteles sin borrachos" sean políticamente incorrectos y los "hoteles sin niños", no.

Borracho en hotel. Una especie a evitar.
Foto: karajo real
Al final, volví a repetir la búsqueda y terminamos en una casa rural muy bonita también, con un buen entorno y tranquila. Había tres niños en una familia, además de Monstruita que, por aquellos entonces, contaba poco más de un año. ¿Hubo ruidos? Ni uno. Los niños no molestaron, y Monstruita tampoco (o eso creo).

Bien, ahora me meteré en terrenos farragosos donde expondré mi yugular por si alguien se quiere tirar a ella, que no tenga que dar mucha vuelta.

No será la primera vez, ni la última, que cualquiera de nosotros ha visto a niños correteando y gritando, alegres y despreocupados, jugando entre ellos. Claro, ¡son niños! ¿Qué esperamos que hicieran?¿Que aguantaran sin moverse en una silla tres horas estilo infanta? No, desde luego, pero hay lugares más propicios que otros para jugar. Si los padres son laxos en ese sentido, es posible que no se den cuenta de que pueden molestar. Y, claro, ¿qué haces tú, dueño del hotel Zen y Relax Total, cuando vienen cabreados el resto de los clientes, porque han pagado por horas de paz, y no la tienen? Pues, directamente, prohíbes la entrada a todos los niños, así, a lo Herodes, porque todo el mundo sabe que, muerto el perro, se acabó la rabia. Pagan justos por pecadores.

Si ya en los parques vemos como algunos progenitores pasan olímpicamente de su retoño, mientras este intenta brear al nuestro, quitarle sus juguetes, o le incrusta el dedo en el ojo impunemente, ¿qué no veremos en los hoteles, donde seguramente esos padres esperan supuestamente descansar y liberarse de los críos, dejándoles que corran y trasieguen a su libre albedrío por las instalaciones? Porque esos padres, señoras y señores, ¡también van a hoteles de vacaciones!

Por otro lado, como madre, agradezco que me avisen de que ese hotel o casa no está preparado de ninguna manera para niños. ¿Qué hago con un bebé que pide marcha, en un sitio donde no se puede tocar absolutamente nada, o sabes que hasta el más mínimo suspiro se convierte en un estruendo? No, gracias, a mí dadme sitios donde sepa que podré estar a gusto con mi hija.

Puedo imaginarme al pequeño bastardo trepando por la estatua gritando a lo Conan
Foto de Disparo Diario
Y al igual que nunca entré en ningún sitio donde no me quisieran a mí o a mis acompañantes por la vestimenta, su orientación sexual, su religión o su profesión (esto último me ha pasado, lo juro), del mismo modo no iré a los sitios que no me quieran a mi familia y a mí al completo o, simplemente, no nos convengan. Se nos olvida que, aunque están abiertos al público, esos sitios no dejan de ser negocios llevados por personas con una ideología concreta de cómo debe ser su casa, porque eso es lo que es su negocio: su casa, un sitio donde el dueño decide quién entra y quién no.

Quizá, algún día, cuando pueda dejar a Monstruita y al Por venir con los abuelos, sea yo misma la que busque ese tipo de hoteles para una escapada de porfinsolos con Monstruo.


A la playa con Monstruita

$
0
0
Al principio del verano, somos así de rápidos en la Familia Monstruo, fuimos a la playa. A una isla, en concreto. Y como en Madrid no hay playa, tampoco hay Ferry. Asi que tuvimos que coger el avión. ¡Coger un avión con un bebé de 15 meses! Y dos veces, uno de ida, y otro de vuelta. Así que no las tenía todas conmigo. Por partes, esto es lo que pasó:

Las Maletas

Que eran dos, más los bolsos de mano. Metimos ropa de toda clase, botiquín (Apiretal, Cristalmina, suero, gasas, crema para el sol...), y el historial médico tanto de Monstruita, como mío (porque estoy preñada, oigan, por si aún no se han enterado). ¿Puede una embarazada viajar en avión? Si su médico le da permiso, sí (yo ni se lo pedí) PERO a partir de las 36 semanas, es muy probable que muchas compañías ya no te admitan a bordo. Me da que los partos aéreos no les molan.

Por supuesto, documentación. Para evitar problemas, previamente le hicimos el DNI a Monstruita. ¡Tan pequeña y ya fichada de esa manera! La verdad es que me hizo una ilusión boba, para qué vamos a negarlo.


Metimos la trona portátil, porque no estábamos muy seguros de que en el apartamento fueran  a tener (el señor casero nos daba largas). La trona portátil que utilizo la vi por primera vez en un restaurante, y me encantó. Además es muy barata, ligera, ocupa poco, fácil de limpiar... No me pagan por decirlo, una lástima, pero es esta trona, de Baby OK (comprada en una conocida cadena de tiendas de puericultura, que termina en "natal"):



Iba en el equipaje de mano, así que os hacéis una idea de lo poco que puede llegar a ocupar plegada. Se ata con cinchas a prácticamente cualquier silla.

El avión


Este no era nuestro avión, pero hubiera estado bien, ¿eh?
Foto de Al_HikesAZ
Como reservé los vuelos con siete meses de antelación, pude elegir horario a un precio decente. Así que procuré que coincidieran con la siesta de Monstruita. Me salió redondo, y se tiró durmiendo todo el vuelo tanto a la ida, como a la vuelta. Menos mal.

Como intuía, me dejaron subir el agua para Monstruita en el equipaje de mano. Aunque sabe beber en vaso perfectamente, para estas cosas llevo un biberón, que no se sale, es más cómodo y más fácil de justificar ante el control del aeropuerto.

Te dan un cinturón para que lo ates al tuyo, porque viaja encima de ti. Es muy cómodo, y puedes poner al bebé en cualquier posición porque va prácticamente suelto.

El carro te lo dejan llevar hasta la puerta del avión, así que no lo tienes que facturar. Nosotros dejamos la silla plegada. Pero hubo quien llevaba un carro enorme y dejó que los operarios se las apañaran para desmontarlo y plegarlo. Preguntaron a los pasajeros de quién era esa maravillosa obra de ingeniería, y ahí no hablaba ni el tato. Así que al final tuvieron que resolver el rompecabezas ellos solos.


La isla y la playa

La isla la conocíamos porque habíamos veraneado allí anteriormente. Preferíamos un lugar conocido, por si las moscas. Además, nos encanta. Esta isla tiene muchas calas y playas a donde es complicado llegar si no es andando. A veces, es imposible a menos que vayas en barco.

Las playas que veíamos eran igual de monas, pero más tranquilas.
Foto de angrylambie1
Así que me llevé la mochila portabebés, rezando porque Monstruita la aceptara (no le gusta ir aprisionada así, prefiere ir en brazos, que está más libre, o en la silla). Y, oye, fue un acierto. Monstruita se agarraba a la teta durante el trayecto o se dormía, pocas veces protestó (pero alguna hubo). Así, pudimos ir a playas donde, de haber llevado silla, hubiera sido imposible llegar. De hecho, si había dos playas seguidas y la mejor estaba más inaccesible, los que llevaban carros y sillas se quedaban en la primera.

Monstruita disfrutó como una enana con la arena. Pero el ruido del mar y las olas que llegaban a la orilla de repente, no le hacían ninguna gracia. Así que se bañó poco, y disfrutó más la piscina. No obstante, la metimos al mar y confirmé que no hacen falta portabebés especiales, ni manguitos, ni flotadores. Sus primeras veces mejor en brazos de papá o mamá.

Por cierto, ¡se arrancó a andar! Aunque aún le falta soltura, va practicando cada vez más.

A la playa fue con pañal. Llevamos su trikini (que ella es muy fashion, y le regalan estas cosas), pero solo lo usamos para la piscina. Un sombrero/gorra, crema, y andando. Si íbamos un poco tarde a la playa y el sol comenzaba a apretar, ya le ponía una camiseta de esas que mantienen un filtro de 50 UV, aunque se mojen, por si las moscas.

El coche

Para moverse por la isla alquilamos con una compañía que, al no estar situada dentro del aeropuerto, era más barata. Nos esperaron y nos llevaron en furgoneta a su parking, situado a cinco minutos.
La silla era poco menos que esto.
Foto de Nathan Wong
Previamente, habíamos reservado la silla para bebés también. Nos la dieron desmontada y el hombre, muy amablemente, me explicó cómo se montaba, aunque luego se encargó Monstruo. Fue un error por mi parte, porque debería haberle pedido al empleado que la montara él y que, de paso, ajustara los tirantes.

La silla era de las baratas. Iba en dirección a la marcha y Monstruita se sentía incómoda en ella. Cada vez que usábamos el coche, comenzaba a quejarse al minuto. En fin, al menos teníamos silla, porque alguna familia vimos donde el bebé iba en brazos de la madre. Pa mear y no echar gota, oigan.

La casa

El apartamento estaba muy bien. También lo reservé con mucha antelación para poder elegir a buen precio. Avisamos de que nos pusieran cuna. Pero se les olvidó. Estaba tan cansada del viaje el primer día, que pasé de reclamarla y pensé en dejarlo para el día siguiente. Colechamos, sí, pero Monstruita se acuesta primero por la noche, y prefiero dejarla protegida en su cuna antes de que se estampe contra el suelo por dejarla en nuestra cama (ella, cuando se despierta, si no estoy, se pone de pie si hace falta). Así que era un elemento importante.

En lugar de eso, quitamos el somier a uno de los colchones (la casa tenía dos habitaciones, una de ellas con dos camas), y lo pusimos en el suelo. En un lateral y en el cabecero estaba la pared de la habitación. En el otro lateral, puse almohadas. Oye, qué invento, ella dormía genial allí y no se caía. Además, yo podía colechar con ella cuando era necesario y levantarme cuando quería, sin tener que hacer el 007 para trasladarla a la cuna. Así que al final, ni cuna ni na. Y, además, pensando en generalizar el método a nuestra propia casa (pero en bonito, con su cabecero y esas cosas).

 La comida

Como hacemos Baby Led Weaning, ella comía como siempre, de lo que comíamos nosotros. Y tan feliz. No hubo ningún problema. Además, cuando comimos fuera, en todos los sitios a los que fuimos, ¡en todos! tenían trona. Así que nosotros llevábamos el babero, las toallitas, y listo.

Y colorín, colorado...

El viaje ha terminado. Lo hemos pasado muy bien, pero hay que reconocer que 24 horas durante más de una semana con la familia al completo, y playa y paseo todos los días, se hace intenso.

Pero hemos sobrevivido sin lavavajillas, nos hemos organizado muy bien y Monstruo ha sido muy colaborador (diréis lo que queráis de la igualdad, pero al final, las que más nos terminamos encargando de los peques somos nosotras, en su mayoría. Así que gestos así por iniciativa propia, se agradecen).

Así que estamos listos para el siguiente verano, con uno más en la familia.


Viewing all 177 articles
Browse latest View live